La casa 4 en 1 se encuentra en una tranquila urbanización situada en lo alto de un frondoso promontorio a las afueras de la ciudad. Arquitectónicamente, es posible diferenciar los 4 modos de habitar que dan nombre al proyecto, por estar cualificados tanto constructiva como espacialmente:
1. La experiencia del ocio. La planta sótano, iluminada mediante patios y lucernarios, es el escenario para el juego y esparcimiento. La diversión comienza desde el aparcamiento, desde donde podemos ver la piscina desde una ‘ventana indiscreta’. Construido en hormigón encofrado con tablilla, y oscurecido en masa, resuelve parte del contacto de la casa con el suelo. En este nivel se resuelve el acceso rodado y aparcamiento, mediante una fisura quebrada que recorre la parcela de sur a norte.
2. La experiencia del estar. En planta baja, una pieza de hormigón sin colorear con sección en C se abre hacia poniente, donde se encuentra el espacio privado de la parcela. Una potente marquesina en voladizo proporciona el espacio intermedio que sirve de antesala entre exterior e interior. En esta pieza encontramos el espacio de relación, el espacio de exposición y el espacio para la audición musical.
3. La experiencia del habitar mínimo. Un volumen negro de vidrio parsol en laja, que se encastra en la C de hormigón, es el tercer ambiente del proyecto. Una pieza con acceso independiente, y que puede funcionar casi de manera autónoma del resto de la vivienda. La unidad mínima dentro del proyecto global.
4. La experiencia del visitar. En planta primera, de nuevo una pieza con sección en C, pero abierta hacia el amanecer para recoger los primeros rayos del sol y vistas al bosque. Tratada como un hotel privado, se trata de una seriación de estancias, que permiten su libre ocupación en función del número de visitantes en cada instante, y un espacio de relación centralizado, conectado con el núcleo de circulaciones verticales. Revestida en toda su superficie con piezas cerámicas que modifican la percepción de la escala de la longitudinal pieza. Estructuralmente, una gran cercha metálica de 37 metros resuelve las grandes luces, a la vez que da carácter a la fachada representativa de la vivienda, donde se produce el acceso principal.
Interiormente, se ha llevado a cabo un cuidadoso trabajo de interiorismo para crear sensaciones únicas en cada uno de los ambientes, realizando un minucioso estudio que va desde los detalles más pequeños, hasta la puerta de acceso a la vivienda, ejecutada en hormigón, con un peso de 2 Tn.