El entorno
Situada en una urbanización de edificaciones heterogéneas, en la ladera sur de la sierra prelitoral, en un terreno romboidal enterrado respecto la calle.
La presencia de la medianera de la edificación vecina, fuera de normativa, queda equilibrada por las fantásticas vistas hacia la comarca del Vallés.

Propuesta
La primera decisión fue acumular la construcción en la parte alta. Toda ella en planta baja aún cuando la normativa permitía más.
Los límites edificables moldearon la forma. Cortamos la arista más aguda para hacer el acceso al coche. La pendiente de la rampa definió la rasante de la casa. Hacia el sur, donde no necesitábamos más, se acaba la casa y empieza el jardín. El interior mira al jardín, y a través suyo al valle, al cielo...
Durante el proceso se hizo visible una alcantarilla pública bajo la fachada norte. Esto nos obligó, invitados por el ayuntamiento, a deformar la casa y estirarla. Las aristas se agudizaron.

Presencia i materia
Desde la calle la casa es el objeto. Los muros se funden con la cubierta que se transforma en fachada. Sobre el volumen gris, las chimeneas, las dos claraboyas y un patio arbolado, equilibran la composición y enriquecen su lectura en movimiento. El patio separa y une la casa con la calle, ilumina, refresca y relaciona. Fue la segunda decisión clave.
La puerta del garaje se resuelve con chapa perforada. Las carpinterías se minimizan y terminan desapareciendo, las persianas se esconden en el forjado para dar continuidad al techo. A sur, los postigos de madera humanizan la vivencia creando un espacio de galería entre la sala y el jardín.

Sostenibilidad:
La casa se orienta norte-sur para tener un buen asoleo y una ventilación cruzada eficaz. En la fachada sur, un alero garantiza la protección solar en verano y la captación en invierno. Hay luz natural en todas las estancias, incluso en los baños interiores. El hormigón de la fachada y la cubierta de grava dotan el edificio de buena inercia térmica, necesaria en nuestra latitud.