El sistema de combinación de unidades permite obtener así, en un único auditorio, QUINCE AUDITORIOS con un aforo variable que va desde las 50 butacas a las 625 butacas con un conjunto amplio de combinaciones de ocupación distintas: 50, 75, 103, 145, 173, 178, 415, 426, 447, 458, 522, 550 y 625 butacas, y un auditorio doble de 103 y 75 butacas que permite la realización de dos actividades simultáneas.

INSERCIÓN DEL AUDITORIO Y DE LA ESCUELA DE MÚSICA EN LA PARCELA: DOS EDIFICIOS, UNA PLAZA Y TRES PATIOS.

Los edificios, al insertarse en la parcela dada, lo hacen cada uno con su carácter, uno más público y abierto (el auditorio) y otro más recogido e introvertido (la escuela de música).

Así, por un lado, la escuela de música se adapta al contorno de la parcela con las aspas que acogen cada una de las unidades funcionales que configuran el edificio y se posa en toda su superficie, generando tres patios con esta acción. Arropando así a los alumnos y usuarios del edificio con una cesión de un espacio común, de un vacío. Se podría decir que la escuela genera un vacío centrípeto que sirve de aglomerante exterior entre los usos interiores del edificio.

Sin embargo, el auditorio toma una actitud de cesión absoluta del suelo de la parcela al posarse en ella. Sólo apoya en los puntos que estrictamente son necesarios para que el edificio funcione correctamente, tanto estructural como funcionalmente. De este modo, se genera una plaza cubierta por cada uno de los cuatro cuerpos que contienen las butacas (anfiteatros y palco). Así, no sólo se evita que un edificio público deje de ser disfrutado al permanecer cerrado, sino que se provoca que se convierta en un referente en el pueblo al ser utilizada la plaza permanentemente y al ser el propio edificio el que proteja del sol a los usuarios de la plaza del auditorio. Así, se podría decir por tanto, que frente a la escuela de música, el auditorio genera un vacío en la parcela que es un atractor para toda la población de Quintanar de la Orden y una optimización en el tiempo y en el espacio de la ocupación de una parcela pública.

SISTEMA DE UNIDADES VOLUMETRICO-FUNCIONALES: CADA USO EN SU LUGAR.

Como se ha citado brevemente antes, cada uno de los dos edificios se genera mediante un sistema que identifica a cada uso o paquete de usos con una unidad volumétrica.

Dentro de este sistema se diferencia entre las unidades de uso contenido o extremidades (aulas, anfiteatros, escaleras, oficinas...) y las unidades que funcionan como conectores o nexo entre las anteriores (hall y escena).

De esta manera el edificio se genera por adición del conjunto de necesidades descritas en el pliego de condiciones, pero permite una identificación clara de las posibles fases de construcción, además de facilitar una posible extensión del edificio en caso de necesidad en un futuro.

La geometría definitiva del conjunto volumétrico de la Escuela de Música y el Auditorio de Quintanar surge de las necesidades espaciales y de su conexión y relación, haciendo que ambos edificios se perciban como un conjunto único e irrepetible.

MATERIALIDAD Y PERCEPCIÓN: UN EXTERIOR MANCHEGO Y UN INTERIOR UNIVERSAL

Para la materialización de ambos edificios se ha recurrido a dos decisiones muy sencillas. Exteriormente el conjunto será BLANCO, como lo han sido siempre los edificios en La Mancha. El edificio será de hormigón armado blanco visto que permitirá resolver la estructura y los cerramientos a la par, simplificando así la ejecución material del edificio. Para la introducción de luz natural en el edificio se recurre a dos operaciones complementarias. En los patios se sustituirán los paramentos de hormigón blanco por unos de vidrio, mientras que en los lugares en contacto con el espacio público (excepto en el zaguán y el acceso a la escuela de música) se recurre a la perforación múltiple del muro a semejanza de las perforaciones en los muros de tapial manchegos.

Para el interior del auditorio se ha recurrido a un acabado universal presente en cualquier sala del mundo, desde el teatro del liceo en Barcelona a la ópera de Paris Garnier o la ópera de Estocolmo. Todo el interior estará tapizado en ROJO, en terciopelo rojo. Un material noble y económico al mismo tiempo. Un material que siguiendo la tradición de los grandes teatros y auditorios del mundo situará simbólicamente al Auditorio de Quintanar de la Orden dentro de la misma familia de edificios.

La Escuela de Música adopta el color del auditorio en sus suelos y así el conjunto completo estará pavimentado en rojo (con resina epoxi roja en este caso) como una continuación de la decisión tomada en el auditorio y una reafirmación de la vinculación entre la escuela de música y el auditorio.