La forma de la escuela moderna pretende reflexionar sobre la arquitectura escolar propuesta y desarrollada en dos periodos concretos, el de la introducción de la vanguardia arquitectónica durante la II República y en el de la recuperación de una segunda modernidad tras el aperturismo desde mediados de los cincuenta. Se establece el foco de estudio en dos ámbitos territoriales del levante español polarizados por las ciudades de Barcelona y Valencia, dos ciudades mediterráneas históricas y con unas condiciones climáticas comunes.

Se establecerá una contextualización, en cada periodo, atendiendo a aspectos políticos y normativos, a la difusión de las propuestas a través de concursos, congresos y exposiciones y estableciendo un paralelismo con el panorama internacional que desvele sus influencias.

De una primera investigación se han seleccionado los casos más significativos y propositivos desde el juicio estético que las clasifica como ejemplos de la modernidad arquitectónica. Son escuelas cuyo interés queda patente por el rigor y la precisión que el edificio impone y por presentar claros referentes modernos como el dominio de la forma en aspectos como los sistemas de edificación abierta, la preocupación higienista por las orientaciones, la seriación o la segregación de recorridos. Destacando la vinculación establecida con la técnica, como uno de los rasgos que ha caracterizado la arquitectura moderna.

Se establecen dos capítulos en función de la iniciativa que daba origen a la construcción de las escuelas:

-Las Escuelas de iniciativa pública, que debían seguir unas directrices establecidas desde el Ministerio de Educación  Nacional generando “escuelas-tipo”. Entre las obras seleccionadas cabría destacar:

1956, Grupo escolar Baro de Viver, Barcelona.

1956, Grupo escolar Abat Marcet, Barcelona.

1957, Escuelas del Plan Riada: Colegio Primer Marqués del Turia, Colegio Vicente Ballester Fandós, Colegio Fernando Rodríguez Fornos, Colegio Torrefiel, Colegio Gaspar Gil Polo, Colegio Ausias March, Valencia.

1957, Grupo escolar Ramón y Cajal, Barcelona.

1964, Colegio Juan XXIII, Valencia.

-Las Escuelas de iniciativa privada, que permitían establecer arquitecturas cuyos acordes a los condicionantes del promotor, tanto de orden religioso, buscando una modernización de la instrucción religiosa, como laicas, que buscaban una arquitectura acorde con los planteamientos educacionales de una época. Entre las obras seleccionadas cabría destacar:

1957, Colegio Guadalaviar, Valencia.

1958, Colegio Alemán, Valencia

1961, Escuela Suiza, Barcelona.

1962, Colegio y Escuelas profesionales San José, Valencia.

1963, Colegio Patmós-Betania, Barcelona.

1964, Escuela residencia de Bell-Lloc, Barcelona.

1966, Colegio El Vedat, Valencia.

1968, Escuela Aula Europea, Barcelona.

A partir del análisis de las diferentes obras seleccionadas, centrado en aspectos como la implantación en el solar, la organización de los volúmenes, la configuración del acceso, el diseño de los espacios exteriores, los criterios estructurales y la planta tipo se pretende valorar aspectos como la flexibilidad, la relación de dimensiones, la composición o la materialidad. Además se pretende desvelar la forma a través de la tipología organizativa con el estudio de la agrupación de las unidades pedagógicas y sus relaciones.

Todo ello para desvelar los recursos formales de la modernidad que, aplicados a los edificios escolares, generó una arquitectura aún vigente.