Un paisaje urbano flexible, público y vivo, construyendo lo suficiente para que surja la arquitectura, pero no tanto como para encorsetar la compleja realidad que genera los espacios auténticamente públicos
La antigua estación de ferrocarril de Villajoyosa se sitúa en el borde de la ciudad, flanqueada por edificaciones residenciales, una ermita y naves industriales, quedando las vías como cinturón limitador del crecimiento.
El proyecto da respuesta a estos interrogantes con un solo gesto urbano que facilite la relación transversal, potenciando el eje de las vías, construyendo un espacio público equipado, que establezca relaciones entre arquitectura, paisaje y tecnología.
La propuesta establece una trama transversal a la vía, que permita el cruce y vincule formal y funcionalmente las dos partes de la misma, creando así un espacio conjunto. A ella se superponen una serie de programas paralelos a las vías que complementarán la parada. Para ello aparecerán dos nuevos elementos abiertos, que recorrerían las líneas de andén y que se relacionarán con los dos edificios antiguos conservados, la estación y la nave.
Proponemos una proyección del paisaje urbano que lo haga flexible, público y vivo, capaz de propiciar relaciones diferentes entre lo construido y lo vacío, construyendo lo suficiente para que surja la arquitectura, pero no tanto como para encorsetar la compleja realidad que genera los espacios auténticamente públicos.
La nueva construcción será una estructura de acero unida a cada línea de andén, que conformará zonas de espera y espacios de uso variable. A su vez será soporte de dos pieles, una artificial de policarbonato que protegerá a los usuarios y la segunda una piel vegetal exterior. Este sistema unificará el espacio construido, variando estructura, vegetación y soporte en función a distintos aspectos.
La intervención sobre los edificios antiguos elimina lo que no formaba parte de su concepción original para favorecer la entrada de nuevos usos.
El proyecto crea un espacio urbano diverso, con una imagen variable y flexible en sus características formales y programáticas e introduce una percepción del entorno del ferrocarril sensible, mutante, variable, pero sobre todo viva y con posibilidad de ser vivida.