Se parte de la premisa de qué debemos construir y planteamos la reflexión entre lo que llamamos “construcción estática” o “construcción dinámica”, en la primera de ellas el hombre depende de la construcción y en la segunda la construcción depende del hombre.

Poniendo en crisis el modo de vida actual y teniendo en cuenta la crisis económica, nos encontramos con una población entre 20 y 35 años que se ha dedicado a formarse y se encuentra en la siguiente situación: No tiene vivienda, ni posibilidades de adquirirla o tiene una hipoteca que condiciona su vida. No tiene trabajo y se encuentra en busca de la mejor oferta sin saber su ubicación. Quiere seguir formándose e intercambiando conocimientos.

Planteamos un modo de vida basándonos en los angiospermas:

Angiosperma es uno de los cinco grupos actuales de plantas con semillas, la diversidad de ambientes que ocupan, sobrepasa en mucho a cualquier otro grupo vegetal. Viven en casi todos los hábitats de la Tierra. La gran plasticidad de sus estructuras vegetativas ha contribuido a su gran diversificación ya que se han adaptado a ambientes muy variados.

Nuestro proyecto plantea un tipo de sistema disperso por el mundo, adaptado al hábitat en el que vive, que permita el traslado e incorporación de semillas de otros sistemas.

Por lo que habría espacios en las ciudades que permitan ser colonizados por “semillas”, llamando “semilla” a unidad de espacio habitable con capacidad de adaptación a cualquier sistema.

El proyecto se centra en el sistema de Alcalá de Henares, nos adaptamos potenciando su identidad, reinterpretando la tradición molinera de Alcalá, creando una producción de un material local como es el trigo, potenciando su cultivo ecológico y sus productos harineros para la panadería y repostería.

Es sistema está formado por una zona destinada al cultivo de trigo y unas estructuras que permiten la incorporación de semillas (viviendas). Estas estructuras están dotadas de un sistema de producción colectivo del que sus integrantes pueden formar parte o no, y del que se beneficia toda la comunidad. En este caso se trata de un horno comunitario en el que se pueden realizarían productos para el consumo individual o para la venta de productos de repostería, este horno es el que calentaría la estructura que contiene las semillas (viviendas).