El nuevo espacio cubierto comprende la zona de juegos existente y queda delimitada por los “parterres” verdes, que se reconfiguran ligeramente para posibilitar el apoyo de la nueva estructura. La extensión total de la cubierta asciende a 700m2.
La propuesta busca generar el menor impacto visual posible, más teniendo en cuenta su tamaño -luces de 30,5m y 20,8m, con una altura de hasta 8,5m- y el hecho de que se sitúa bajo una infraestructura con un impacto singular: la autopista que atraviesa el barrio. Por ello se opta por una estructura de acero de diámetros reducidos -ayudado por la definición geométrica a modo de “casquete”- y por la combinación de materiales de cobertura ligeros y de máxima transparencia -textiles de PVC y ETFE.
Unos nuevos muros de hormigón definen el nuevo perímetro de la zona de juegos. Estos van desde los 50cm en los puntos más bajos -buscando la continuidad con los existentes- hasta los 170cm en los cuatro extremos, desde donde arranca la nueva estructura.
Dichas esquinas son el punto de partida de la nueva cubierta y por su configuración geométrica dan lugar a la creación de unos bancos que quedan protegidos de la lluvia y el viento.