Un proyecto de emergencia. La Red Bull Music Academy Madrid 2011:
La Red Bull Music Academy (RBMA) es un evento musical anual y nómada. Desde hace 14, cada año una ciudad del mundo acoge a los 60 participantes internacionales seleccionados y los rodea de músicos, productores y dj's para experimentar e intercambiar conocimientos en torno a la música. Debido al terremoto y al posterior desastre de Fukushima, la que debía haber sido la RBMA de Tokyo 2011 tuvo que cambiar de sede y buscar una nueva ubicación con menos de 5 meses para su desarrollo. La ciudad de Madrid tomó el relevo y aprovechó el espacio de creación de Matadero Madrid, ubicado en un antiguo conjunto industrial de principios del S. XX, como nueva sede del evento.
Un proyecto a medio plazo, La Nave de la Música en Matadero Madrid
Con la RBMA se inicia la programación de la Nave de la Música dedicada específicamente a la creación e investigación sonora. A partir de la instalación creada, y dado su carácter experimental, lo construido se plantea como una estructura temporal basada en criterios de adaptabilidad y reversibilidad que faciliten reconfiguraciones totales o parciales del espacio en el tiempo.
Bajo estas premisas, el encargo pasaba por crear, en condiciones de urgencia, una infraestructura que fuese capaz, además de responder a necesidades técnicas y acústicas precisas, acelerar, favorecer y enriquecer una serie de relaciones artísticas muy intensas que se iban a dar entre los músicos participantes y a su vez añadir una envolvente o un escenario donde todo esto iba a ser registrado y archivado.
La propuesta se ha desarrollado bajo 5 criterios de acción:
1. Plazos y económica. El diseño atendía de forma específica a unos plazos y presupuesto muy ajustados. La obra se ha construido en menos de dos meses, a partir de soluciones de construcción ligera, buscando el equilibrio entre estandarización y adaptabilidad.
2. Respeto a la nave. La nave 15 de Matadero es un espacio diáfano de unos 4,700 m2, abierto al exterior, de estructura metálica y fachada de ladrillo. Como todo el recinto de Matadero Madrid, la nave está protegida. La propuesta toma como criterio no actuar sobre la nave, dejándola tal y como estaba previamente a la intervención.
3. Condiciones de programa. La organización del programa determinaba una configuración específica agrupada en cuatro partes: zona de oficinas, estudios para músicos, estudio de grabación y una zona de conferencias, radio y lounge. Se han buscando sistemas constructivos y espaciales que permitieran la reconfiguración de los espacios para programas futuros.
4. Acústica. Los condicionantes acústicos han determinado tanto las geometrías, como la elección de materiales y soluciones constructivas. Cada una de las áreas, en función de su uso, ha adquirido unas lógicas que permiten resolver las necesidades acústicas de forma específica. Soluciones heterogéneas como son los muros masivos en los estudios de grabación, las superficies absorbentes de las cúpulas textiles en la sala de conferencia o la independencia estructural y geometría no paralela de los pabellones.
5.Temporalidad. Debido al carácter temporal de la obra y para no condicionar futuras intervenciones en la nave, el proyecto se ha pensado para ser desmantelado sin dejar huella. Incluso las actuaciones más “pesadas”, se han pensado para ser reversibles y que permitieran un fácil reciclaje en el futuro. Es el caso de la solución de los sacos terreros para los muros de las salas de grabación o la plantación de las especies en macetas para su futuro transplante a otros espacios de Matadero o de la ciudad.
Como resultado el proyecto se despliega en el interior de la nave como una estructura urbana disgregada en la que a través de la relación variable entre proximidad e independencia, preexistencia y actuación sea capaz de ofrecer escenarios imprevistos para la comunidad que lo habite.