Debido a una situación laboral precaria, toda una generación kosovar tuvo que emigrar para asegurarse un futuro. Ahora, padres y hermanos financian la construcción de grupos de casas para su regreso.
El resultado son terrenos con casas unifamiliares idénticas entre sí, con una voluntad de división salomónica de los bienes, dónde nadie se merece más que el otro.
Estas construcciones son el testimonio fantasmagórico de una espera: que la situación económica en Kosovo mejore y que sus futuros propietarios las lleguen a habitar algún día.
Samir Karahoda comenzó como aprendiz de fotógrafo en 1992. Más tarde se graduó en la Universidad de Mimar Sinan de Estambul, en la facultad de Bellas Artes – Departamento de Fotografía, donde ahora está cursando el posgrado. Exitoso fotógrafo en numerosos proyectos, Samir también se ha involucrado en la industria del cine. Ha estado detrás de la lente de algunos proyectos premiados de cortometrajes y largometrajes kosovares. Además, es también programador de cortometrajes en el DokuFest, el festival de cine más grande en Kosovo y uno de los festivales de cine más importantes de la región balcánica. Es invitado regularmente por todo el mundo para comisariar programas de cortometrajes producidos en los Balcanes o sobre la región. En años anteriores, ha impartido clases sobre fotografía en el Instituto de Fotografía y Cine Gjon Mili y la Kosova Art Academy en Pristina.
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