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Marc Ribert Arqués

Estudiante
E.T.S. A - Pamplona - UNAV
Escaldes-Engordany | ANDORRA

Participações

Convocatória 2021
Curric. Académico [Bolsa]



 Bolsa 2021   Modalidade: Curriculum académico | Destino: TEd’A arquitectes | Estágios: 11/2021 - 04/2022

Inútilmente intentaré describirte la receta mayol-pérez-ramis-cabrer-aloy-santamaría, familia que opera bajo la austeridad de las siglas TEd’A. Podría decirte dónde se ubican sus cocinas, a cuántos peldaños ascienden sobre el empavesado de avenidas, a qué softwares, de entre el inquietante abanico, sucumben en el ejercicio de los días. Pero sé que sería como no decirte nada. No está hecha de esto la receta, sino de las relaciones entre los ingredientes y el producto; la evidencia, casi irreverente, de que la arquitectura puede ser en efecto una extensión de la vida; la concepción del hogar como lugar y como compañía; el taller que una vez fue domicilio; la relación, inversamente proporcional, entre las piezas que se cortan para construir modelos y las piezas que se cortan para construir arquitecturas; los pequeños-grandes autorretratos que empapelan las paredes; los elefantes que sueñan con la música; las charlas en la cocina durante el berenar; las maquetas que como bolardos interrumpen los espacios y cuya reubicación no compensa el esfuerzo que habría que dedicar a moverlas de sitio. En este bodegón de ingredientes, la receta se cuece a fuego lento hasta hacer “xup-xup”. Una descripción de TEd’A debería contener todas sus recetas invisibles. Pero la receta no dice sus secretos, los contiene como las arquitecturas su proceso, durmientes, visibles solo en las intuiciones de la mano, en los vicios del cartón gris, en la infinidad de obras que se escriben en la tierra y permanecen, pacientes, en la carpeta currículum del servidor. Però no passis pena. Cuando llegue el momento, podrás encontrarlos en rincones remotos de la isla, en la arquitectura del humo y del patio, de la parra y del corral, en ese plato hirviente y sabroso que se come directamente del caldero y tatúa en la lengua una huella ardiente y “coenta”.