Resulta obvio que el VIDRIO se impone para dar respuesta a los condicionantes del proyecto, y así lo valora la propia Ordenanza. El REFLEJO alcanza su máxima perfección en función de la situación de la fuente de luz. Durante el día, el interior de los veladores permanece oculto tras la veladura cristalina. Al caer la noche, el interior titila con las luces y el movimiento interior que anima el bullicio urbano. Una segunda piel retranqueada, protege de la radiación solar durante el día y se transforma en inesperada protección visual durante la noche.

Un LUGAR, un MATERIAL, una SENSACIÓN.

La verdadera transparencia del vidrio se impone sólo cuando el sujeto se alinea en perpendicular al plano de referencia. Un leve desplazamiento en el arco de 180° y esa transparencia se desvanece como por encanto; sobre nuestra retina empieza a tomar forma una tenue silueta que no es sino el reflejo de lo que nos rodea. El interior desaparece, el exterior se hace presente.

Este hecho otorga al vidrio y al volumen delimitado por sus caras una cualidad camaleónica, casi mimética, para pasar desapercibido, refleja aquello que lo rodea.

En el Casco Histórico, la piel exterior es de vidrio sin tratar, el volumen es un puro reflejo de lo que le rodea, poniendo el relieve sin matices el valor arquitectónico y la historia que le precede. Esta piel se puede abrir por completo ofreciendo la posibilidad de una adecuada ventilación y contacto con el exterior.

Se definen tres módulos básicos A, C y E, que por adición configuran el volumen necesario en cada emplazamiento. Una estructura portante de acero galvanizado se transporta desde taller para ejecutar su montaje en seco completamente atornillada.

Dos núcleos en los extremos cortos aglutinan las conexiones con las redes subterráneas: saneamiento, fontanería y electricidad. También albergan la unidad exterior de climatización al tiempo que proporcionan el espacio necesario para la instalación de apoyo a la terraza.

La piel interior está formada por paneles deslizantes de composite con acabado de madera natural que aportan una elegancia a tono con el lugar en el que se enmarca y garantizan una larga duración. Las perforaciones evitan la sensación de un cierre total y permiten una iluminación natural constante.