El hecho de estar construido sobre una ladera muy pronunciada en dirección norte-sur condicionó el diseño de las distintas partes del conjunto. Formado por varios pabellones interrelacionados y rodeados de jardines, resueltos a base de plataformas para salvar la topografía accidentada, se compone de: residencia universitaria y religiosa, capilla, servicios generales e instalaciones deportivas.
El bloque vertical, destinado a residencia de alumnos, constituye el elemento principal; destaca su planta dentada, con espacio abierto continuo. Las plantas altas se comunican a través de un núcleo central de escaleras, a ambos lados las habitaciones pareadas, que tienen el acceso desde los balcones corridos en las fachadas longitudinales.
La capilla, también de planta dentada, ocupa una posición central en el conjunto. A partir de ella se distribuye el convento, con una disposición tradicional de celdas alrededor de un claustro cerrado en tres lados, y a su espalda se organizan el resto de las dependencias en torno a otro patio.
Las fachadas de ladrillo son de gran simplicidad, con grandes superficies acristaladas y los balcones corridos que favorecen la integración en el paisaje, jardines e instalaciones deportivas.
[Pilar Rivas Quinzaños. Servicio Histórico, Fundación Arquitectura COAM]
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