El episodio piloto de Snowfall nos sitúa en Los Ángeles en 1984. El mundo se encuentra en una era convulsa de violencia, sexo y drogas, donde la cocaína es la reina. Una droga que no distingue entre yupies y vagabundos, o entre blancos y negros y donde cualquiera pueda acabar muerto por sobredosis, pero donde todos quieren subirse a un tren que, con sierte cambiará sus vidas.               

La vivienda de un vendedor de cocaína es la obra Sheats-Goldstein, una residencia diseñada por el arquitecto estadounidense John Lautner en en 1963 en Hollywood Hills, los Ángeles.