La complejidad que supone crear un espacio donde todo sea posible invita a investigar un concepto tan abstracto como es la felicidad. Si hay algo que cualquier persona ansía es el control del tiempo, ¡ojalá el tiempo se parase! Nuestro objetivo será la búsqueda de un espacio donde se pierda la noción del tiempo.

Además del control del tiempo, necesitamos algo más para crear la caja de los milagros que llamaba Le Corbusier, quien aseguraba que esa caja estaba vacía y nuestro espíritu la llenaría con todo aquello que constituye los sueños... Leer es soñar con los ojos abiertos, todo es posible cuando abrimos un libro. Buscamos el mejor espacio de lectura posible, un espacio con las mejores condiciones para proyectar nuestra imaginación, experimentar la lectura y compartirla, una verdadera caja de los sueños.

El espacio se va a materializar en una caja con donde el concepto de transparencia va a jugar un papel fundamental. Esa caja se va a colonizar con pequeñas cápsulas para soñar donde se recreen las condiciones idóneas para la lectura. Su delimitación se realizará por medio de cilindros hechos a base de telas que permiten cierta trasparencia y movimiento de esos espacios para leer, provistos con una entrada de luz cenital circular. El espacio intersticial queda como zona donde poder compartir la experiencia de la lectura. La calma de ese espacio interior delimitado por piezas de vidrio y telas colgadas, inspira a la lectura y a imaginar cosas imposibles; a soñar.