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  • Pablo Bolinches Vidal

    Concurso 2010
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    Concurso 2010
 Beca 2010   Modalidad: Concurso | Destino: RCR Aranda Pigem Vilalta | Prácticas: 11/2010 - 04/2011
LA TORTUGA Cada verano, por vacaciones, íbamos al lago. Allí teníamos una cabaña que no era como las que había cerca de la orilla, la nuestra flotaba. Era muy emocionante llegar al muelle, coger aquella llave enorme y abrir la puerta que guardaba el lago. Desde allí cogíamos la pequeña barca que nos acercaba hasta el refugio. Nunca sabíamos donde estaría esa vez por lo que el viaje nunca era aburrido. Siempre bromeábamos sobre la idea de que la casa era una tortuga que podía moverse plácidamente de un lado a otro del lago. Aquellas cajas de madera flotando y reflejándose en el agua parecían cubos perfectos. Había uno más grande que otro pero según donde estuvieran situados parecían iguales. El grande era el principal y el pequeño, que siempre estaba repleto, para los invitados. Me gustaban mucho las lamas que rodeaban la fachada porque se podían cerrar y hacer la siesta o abrirlas para ver el paisaje. Aunque lo que más me gustaba era abrirlas cuando nos despertábamos por la mañana y ver en qué parte del lago amanecíamos. Eso sí, las odiaba cuando llegaba el momento de cerrarlas antes de coger la barca de vuelta a tierra firme, era el final del verano. El interior era muy sencillo, un espacio diáfano donde solo se distinguía un pequeño baño circular. Nunca nos imaginábamos lo que ocurrió en aquella ocasión… Bajamos del coche, entramos por la puerta del muelle, nos subimos a la barca y empezamos a remar, pero no había ni rastro de la cabaña… entonces caímos en que quizás habíamos dejado la puerta del lago abierta y la tortuga se había escapado. Ese verano acampamos en la orilla pero nada fue igual. Ha pasado ya algún tiempo, pero aún sigo acudiendo cada verano al lago en busca de la tortuga.

Pablo Bolinches Vidal

Arquitecto
E.T.S. A - València - UPV
VALENCIA | ESPAÑA
www.vavarchitects.com