Llegar, cruzar, estar. Escucho el movimiento del agua, su sonido me acompaña, su corriente me dirige hacia un sólido muro. Conforme me acerco observo su materia, el muro no es tan sólido como parecía desde lejos, el muro está hecho con partes de algo que no fue un muro, me pregunto, qué pudo ser aquello que ahora veo delante de mis ojos. Mi llegar termina en una puerta, elijo empujar, cruzo el muro, estoy dentro. Sabía que el muro no era sólido, la luz atraviesa toda su materia, el muro sube hacia el cielo, buscando luz, buscando verdad. Hace fresco, el espacio es sombrío, hay un asiento, prefiero descansar. El sonido de la calle se tamiza, un ligero susurro llega hasta mis oídos, el sonido del agua, atenuado, también se cuela en el interior.
¿Qué fue este lugar, donde me encuentro?