LUGAR

“Hay cerca del país de los Cimeos, una caverna en un lugar distante y apartado, una montaña hueca, morada y santuario del perezoso Sueño. Reina una muda quietud; sólo un  riachuelo de agua del Leteo brota de las entrañas de las rocas. Ninguna puerta en toda la casa para que no chirríe al girar las bisagras, ningún guardián en el umbral […] Por todas partes yacen a su alrededor, imitando distintas formas, los vacíos ensueños, tanto cuantas son las espigas de un campo de trigo, las hojas de un bosque, los granos de arena que el mar arroja a la playa”

Metamorfosis, Ovidio, Libro undécimo, pág. 383

HOGAR

En este lugar apartado, óptimo para la metamorfosis, rebosante de memoria y olvido, sólido y hueco, surge un volumen platónico, puro y desafiante que aún no ha encontrado el tiempo de la vida. Se ata al lugar a través de la huella del territorio pero guarda silencio en su interior esperando que su mundo sea activado.

[El hombre entra como niño a su casa]

En él se encuentran todas las inteligencias humanas posibles, las que moldean el carácter, las que definen la personalidad y las que construyen a cada ser humano.

INDENTIDAD

El núcleo que permanece en la casa compone nuestra identidad. Hogar y hombre se transforman juntos, a través de la luz, de la escala, del espacio, de la forma y de la dimensión. La casa se convierte en rincón del mundo, en instrumento para lidiar con el cosmos.

[El niño sale como hombre de su casa]

Un espacio dentro de otro.