L I M E S

A simple vista, otra línea. Una barrera que conduce a una acotación conceptual y física. En un mundo uniforme y fragmentado en el que los límites que lo definen se tornan difusos, las características intrínsecas de los límites configuran nuestro habitar. El habitar es fruto de la relación del hombre con y a través del espacio. Territorios intersticiales híbridos; físicos, sociales, poéticos, psicológicos, emocionales... Seres, espacios y conceptos definidos por lindes. Lo que realmente se construye es el límite, el espacio, en consecuencia, es relativo al límite; esa realidad sin aparente dimensión que limita y a su vez posibilita.

Esta franja vacante, de naturaleza ambigua y polivalente, nos permite no ser algo concreto, o ser varias cosas a la vez, es decir, ser humanos. Alojar a ese ser fronterizo, en constante tránsito y evolución, que se pregunta sobre lo que es y sobre lo que no sabe, ¿qué mejor lugar para él que el propio limes?

El espacio doméstico ya no se define como un contenedor de usos, sino como esa barrera que penetramos, nos acoge y nos eleva, para convertirse en nuestra fortaleza particular, transformándose en un elaborador de proyecciones; un espacio íntimo donde somos capaces de construir nuestros sueños y deseos.

Se propone una franja silenciosa, un lienzo en blanco, un elemento matricial intermedio que es respuesta, conservando un alto porcentaje de pregunta. Se materializa en una fortificación hermética condenada por la gravedad, atrapando un pequeño refugio que intenta desafiarla, apoyándose en ella, buscando la luz...