SITUACIÓN
Las Negras es un pequeño pueblo de pescadores de Almería (España), situado en pleno Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, entre el cabo conocido como El Puntón y el acantilado denominado Cerro Negro: emblema, icono y origen del pueblo. Formado por casitas bajas más cercanas al mar, el desarrollo económico y turístico hizo que el pequeño núcleo ampliara sus límites hacia las huertas, de forma controlada y sostenible, construyendo pequeñas casas y apartamentos, siempre vinculados al turismo, al blanco del sur, y a las cubiertas planas como único credo.
La Casa Gallarda se sitúa en lo alto de la parcela, allí donde las vistas al Mar Mediterráneo, al pueblo de Las Negras y al Cerro Negro son más nítidas. Así, el volumen de la casa se orienta, por un lado buscando las mejores vistas; y por otro, acomodándose —en su lado mayor— a la topografía, dando una respuesta austera, eficaz y definitiva al «sitio»; así como a los condicionantes programáticos del cliente.
PAISAJES HEREDADOS
La Casa Gallarda tiene la voluntad de construir su propio paisaje: en la escala urbana, disponiéndose sobre el territorio como una tapia o un depósito, y en la escala doméstica, desarrollando una atmósfera interior vinculada al paisaje e hilvanada mediante el recorrido.
La Casa es heredera de una cierta tradición de casas mediterráneas: volúmenes encalados de color blanco, cuyas ventanas —bien por su reducido tamaño o por su retranqueo— se protegen de la irradiación directa del sol. La tradición mediterránea, exige de casas semi-enterradas, por tanto, frescas.
3 CASAS
La Casa Gallarda es una casa de vacaciones que, previsiblemente, termine convirtiéndose en la vivienda habitual de una pareja joven abierta a cierta vida social exterior. Se trata de una casa de amplias dimensiones en su zona más pública —estar y comedor— y vinculada siempre al exterior: tanto a la parcela aterrazada —donde se plantarán pinos— como a la plataforma de la piscina.
La Casa Gallarda son tres casas:
C1. LA CASA TRANSPARENTE. Es de vidrio y está a la sombra. Es el lugar para estar. Se vive participando del paisaje y del mar. Se cocina y se come. Este ámbito se prolonga hacia la plataforma de la piscina, el jardín y hacia el mismo Mar Mediterráneo.
C2. LA CASA MADRIGUERA. Es una casa de servicio. Está construida de hormigón visto y está semi-enterrada, pertenece a la Tierra. Es un muro de contención de hormigón que salva el desnivel. Al estar situado al Sur, este muro también sirve de protección solar del vidrio de la zona del estar-comedor, además de acompañar en el ritual de acceso, que se produce, por poniente, entre el muro y el vidrio.
C3. LA CASA BLANCA. Es de cal, opaca y aérea. Está cerca del cielo: allí sólo se duerme y se sueña.
Por tanto, se propone una vida de actos sencillos, sin renunciar al placer de lo cotidiano: regar unas plantas, sentarse a leer debajo de un árbol, tumbarse bajo la sombra del porche o zambullirse en el agua bajo la canícula. La Arquitectura mediterránea siempre fue ese bastidor blanco y sencillo —a veces invisible— donde el hombre se entrega a la felicidad casi sin darse cuenta.