Materia de Budapest
Los tejados de los edificios públicos y significativos de la ciudad están recubiertos de cerámica esmerilada de brillantes colores. En la ciudad de Pécs cerca de Budapest, se encuentra la fábrica Zsolnay, que lleva produciendo este tipo de cerámica desde 1853, creando el Pirogranito en 1886 una clase de cerámica ornamental desarrollada especialmente para este tipo de tejados. Este material es parte de la memoria colectiva y tradición de Budapest.
Las nuevas torres del Museo de Etnografía han sido cubiertas con piezas cerámicas, tomando tamaños y formas de las piezas proporcionadas por los hitos de la ciudad: Matyas templom, Földtani Intezet, Postatakarékpénztár, Iparmuveszeti muzeum, y el mercado central, Vásárcsarnok. Sin embargo se plantean estos tejados cerámicos como una base blanca sobre la que diferentes artistas puedan plantear reflexiones a su criterio. Configurándose la imagen del museo de una forma cambiante a lo largo de las estaciones y exposiciones.
En el proyecto, se utilizan materiales tradicionales de manera contemporánea, junto con el hormigón. Se pretende potenciar la percepción del edificio como un espejo donde se hagan evidentes tanto las raíces del pueblo húngaro como el tiempo del que provienen.
Torres
Los frentes del edificio a la calle están cerrados prácticamente en su totalidad, a excepción de la torre-mirador, como hito en el paisaje. La altura máxima del resto de torres es la misma que la de los edificios que rodean al museo. Se propone un frente más abierto al parque, procurando un acceso directo de manera que se puedan desarrollar actividades del museo en el exterior: cafetería, eventos...
El proyecto está organizado en tres niveles principales: bajo tierra se encuentra la colección del museo y los espacios de servicio; a nivel de la calle el acceso y bienvenida al público, biblioteca, tienda, eventos y el “visual storage”; y las torres, dedicadas a exhibiciones temporales y permanentes.
Además, algunas torres especiales acogen actividades como el museo infantil, con tres lucernarios y una zona de juegos exterior y protegida; las oficinas, organizadas en tres niveles diferentes de dos torres con una terraza exterior; el aprendizaje en el museo, organizado en cinco niveles de la torre-mirador principal, aprovechando su posición y vistas para desarrollar las actividades pedagógicas en un ambiente óptimo y flexible.
Los elementos verticales propuestos son en la mayoría de los casos lucernarios: en el hall de entrada, el museo de los niños, las oficinas, y en otros usos que requieren luz natural, pero no en la zona de exposición, donde el objetivo es hacer hincapié en algunos elementos de la colección.