El proyecto consiste en la recuperación de los elementos originales del local objeto de intervención y la introducción de una pieza fabricada con ANEA, material tradicional de la Alpujarra granadina, que resuelve la compartimentación, el almacenamiento y la iluminación.
Chicotá: Aunque de oscura etimología, tiene un claro sabor a marinería, ya que 'chicote' se puede entender como un cabo de cuerda de distinta medida, que usaban los marineros para anudar. Y para el habla de capataces y costaleros viene a significar el tramo andado, con mayor o menor celeridad, desde que se levanta el paso hasta que se arría
La Chicotá es el nombre de dos bares pertenecientes a los mismos dueños y que se encuentran en la actualidad en la calle Navas de Granada. A finales del 2014 se nos encarga el proyecto para realizar un tercer bar en un local sin uso en la plaza Bib-Rambla. Los bares que regenta el cliente en la actualidad poseen una marcada decoración centrada en la temática de la Semana Santa y pretende que éste nuevo continue con la misma. Podemos encontrar en ellos revestimientos decorativos de ladrillo visto, vigas que simulan madera y piedra superpuestos en las paredes, multitud de cuadros y una iluminación directa e intensa. El local a intervenir ha sufrido diversas reformas en los últimos años y en el momento del proyecto se trataba de un espacio con paredes y techos de pladur blancos.
La decoración en la sustracción
En un primer acercamiento se descubre el valor de la construcción original del inmueble, que posee unos forjados de rollizos y tablas de madera, pies derechos de madera y piedra en pilares y fachada junto a unos muros de carga de ladrillo. Consideramos que la estética que el cliente ha buscado en sus otros locales solo tratan de imitar la esencia que posee este lugar, una apariencia descarnada y a la vez sincera. De este modo la reforma trata de desvelar los elementos constructivos originales y ponerlos en valor.
Mueble de Anea
Debido al presupuesto tan ajustado con el que se cuenta, el nuevo bar reaprovechará los espacios servidores existentes del negocio anterior, de esta manera los baños, almacenes y cocina no se intervienen. Este hecho provoca que diversos paramentos deban continuar siendo tabiques de pladur. Este problema, junto a la necesidad de resolver la iluminación, propicia la creación de un bastidor-mueble que servirá para tamizar la luz artificial, ocultar paramentos poco atractivos, albergar la escalera y servir como soporte para los cuadros que presumiblemente iran apareciendo con el paso del tiempo.
Este elemento, la única pieza insertada en la intervención, supone un contrapunto con los elementos constructivos originales y se realiza con anea, que es un material conocido por el cliente, puesto que todas las sillas del interior de sus bares lo poseen. La utilización de un material tradicional de forma contemporánea es el medio para resolver las diversas necesidades que el nuevo bar plantea, se pliega y acomoda, inunda el lugar de luz y aporta un nuevo valor al espacio original.