Se nos encarga la rehabilitación de una vivienda de poco más de 40m2. Un dormitorio, un recibidor, una sala de estar, una cocina y un baño. Dada su pequeña dimensión, nos proponemos actuar en todas las habitaciones de acuerdo con una misma lógica.
La cocina, como espacio más complejo de la casa, da lugar al ADN que caracteriza todas las acciones. Sus componentes esenciales: las estructuras de almacenaje, el plano de trabajo a 90cm de altura y los alicatados viajan al resto de las habitaciones. El procedimiento que conduce el proyecto puede entenderse así como algo continuo: una única estrategia.
La sala de estar, el dormitorio y el recibidor no se separan por tabiques sino que se distribuyen a partir de un solo gran mueble que incorpora diversos tipos de espacios de almacenaje y aberturas. Construido a partir pequeñas variaciones de un mismo detalle, un entramado de listones de madera de 45x45mm ayuda a articular todos los encuentros entre los distintos materiales que cierran el objeto conformando sus aristas.
Cada habitación de la casa, incluido el baño, situado en la antigua galería, está ‘coronada’ por una pequeña capilla de paredes alicatadas, con un sobre de mármol a 90cm de altura y una serie de espacios de almacenaje, que se dedica a una determinada acción cotidiana: llegar-irse, vestirse-desvestirse, cocinar, asearse, trabajar.