¿Qué entendemos por protocolos? Esta es una pregunta central a las 300 páginas que se despliegan en Bartlebooth: Protocolos. Una publicación cuyo eje central trata de evidenciar el papel central que han adquirido instrucciones, normativas, algoritmos, legislaciones, acciones, tácticas, planes, manuales, patentes, controles, certificaciones, estrategias, procedimientos, softwares…como herramientas centrales de construcción del espacio contemporáneo frente a objetos y diseños estáticos.
¿Qué entendemos por protocolos? Esta es una pregunta central a las 300 páginas que se despliegan en Bartlebooth: Protocolos. Una publicación cuyo eje central trata de evidenciar el papel central que han adquirido instrucciones, normativas, algoritmos, legislaciones, acciones, tácticas, planes, manuales, patentes, controles, certificaciones, estrategias, procedimientos, softwares…como herramientas centrales de construcción del espacio contemporáneo frente a objetos y diseños estáticos. Unos mecanismos sin —aparentemente— ninguna fisicidad, enunciados a través de textos burocráticos, de esquemas y borradores en hojas de papel, de legajos recopilados en archivos, de promulgaciones en parlamentos o de soberanías reclamadas en territorios, tienen la capacidad de transformar el espacio sin definir el resultado final, sino sólo los pasos necesarios para llegar hasta él. Posibilitando, ordenando y prescribiendo ciertas acciones a la vez que prohibiendo otras tantas para alcanzar un resultado que, si bien ha sido previsto, deja espacio a lo imprevisto, a lo contingente y a su manipulación consciente o no durante el proceso. Una secuencia de acontecimientos, de pasos a seguir, que aquel que la conoce con precisión puede replicar, modificar o subvertir, lo que hace que cualquier autoría pierda sentido sino es formulada como parte de un proceso en transformación.
Para analizar la vigencia de estos vectores arquitectónicos la publicación se ha centrado en procesos menores, incluso analógicos en un mundo digital. Construir un manual de instrucciones formado por otros protocolos, los cuales están encarnados en cuerpos y tácticas subversivas, materializados en arquitecturas y planes urbanísticos o implantados con violencia sobre los territorios a través de decisiones políticas y judiciales. Doce miradas constituirán un precario set de herramientas con una vocación radicalmente operativa, la de generar procedimientos útiles que permitan navegar, analizar y operar en el interior de la maraña de protocolos y normas, y extraer de ella nuevos materiales de construcción del espacio. Doce miradas que ahondarán dentro de la ley, la subvertirán y manipularán, generarán nuevas normas o directamente irán contra ella.
Doce reflexiones complementarias, que van desde el cuerpo al territorio. Doce reflexiones complementarias, prácticas o teóricas donde se encuentran visiones sobre la justicia espacial, traceurs recorriendo cementerios, zonas francas y parques tecnológicos, hoteles ilegales sobre parques naturales, protocolos artísticos para implementar en la arquitectura, pliegos de condiciones a través de los cuales transformar la periferia, instrucciones para generar arquitecturas orientadas a prácticas sexuales disidentes, aguas internacionales desplazadas, planes para expropiar escritos por un famoso atracador de bancos o cómo una serie de decisiones políticas y un Bulldozer pueden construir un dramático proyecto arquitectónico.
Con colaboraciones de Keller Easterling, Andreas Philippopoulos-Mihalopoulos, Léopold Lambert , Ángela Juarranz, VenidaDevenida, Alejandro Cantera, n'UNDO, Democracia, Núria Güell y Levi Orta , Giuditta Vendrame, Lluis Juan Liñán y COLAB (Gaizka Altuna, Begoña de Abajo, Enrique Espinosa y Almudena Ribot)
Bartlebooth es un proyecto editorial realizado en Coruña desde 2013 por Antonio Giráldez López, Begoña Hermida Castro, Pablo Ibáñez Ferrera y Tarsila Sánchez Blanco.