Tienes en tus manos información sensible, una copia de los mapas-crónica que recogen los itinerarios de las tres primeras ediciones de Jane's walk Sevilla.
Se trata de una colección de mapas de bolsillo que se nutren de la información generada durante los paseos realizados entre los años 2013 y 2016 en el marco de la iniciativa Jane's Walk, un proyecto que parte de la idea de que un grupo de personas que no se conocen necesariamente caminen juntas por la ciudad con la excusa de conmemorar la labor de la pensadora urbana Jane Jacobs y su particular visión de la calle como compleja y mutante institución, fundamental para socializar y dotar al individuo de un sentido comunitario.
Dado que las personas y los itinerarios propuestos nunca se repiten y varían de un año a otro, el interés de estas cartografías radica en registrar los paseos, dando como resultado un mapa distinto cada vez, muestra de una ciudad cambiante, reflejo de la complejidad urbana y de la multitud de miradas posibles sobre un mismo escenario.
En ellos se señalan lugares clave, se visibilizan conflictos, se conocen de primera mano alternativas a las prácticas urbanas normalizadas y por encima de todo se les pone cara a los artífices, verdaderos referentes ciudadanos. Sirvan estos mapas como una guía para encontrar posibles interlocutores en nuestras derivas por la ciudad de Sevilla.
Parafraseando a J. B. Harley, decía Pérez de Lama que al menos desde la postmodernidad, es conocido que los mapas no son objetivos. Podríamos decir que no son exactamente iguales a la 'realidad' sino que son una particular representación de ésta; una representación parcial de lo que objetivamente existe. En la medida en que los mapas o cartografías seleccionan qué es lo que debe ser representado y qué es lo que no tiene que ser representado para constituir una imagen eficaz de lo real, podríamos decir que los mapas son una forma de producción de 'realidad'.
Como la presencia de los hombres y mujeres en la Tierra no es una existencia pasiva sino radicalmente transformadora, nuestras interpretaciones de lo real tienden efectivamente a conformar la orientación de las transformaciones del mundo, haciendo aún más cierta esta idea de que nuestras interpretaciones de lo real producen lo real.
Estos relatos cartográficos marchan delante de las prácticas sociales abriéndoles un campo de legitimidad que sirve de base para su desarrollo.
Deciden qué es visible y qué no es visible, renunciando a una representación totalizadora de la ciudad, desconfían de la cartografía tradicional en relación a cómo ésta nos dijo qué era el territorio y cómo debíamos de ocuparlo. Proponen reformular la concepción tradicional de los mapas convirtiéndonos en cartógrafos evitando vivir la ciudad desde la lógica de su representación, sino recorriéndola y transcribiéndola al mismo tiempo.
Creando nuevos relatos, compilando historias, pequeñas anécdotas, realizando un acopio de la memoria olvidada, periférica, que los grandes saberes institucionalizados habían relegado a la esfera de lo secundario supérfluo o banal. Recuperando la memoria no oficial, cartografías de la contramemoria, de los relatos olvidados o secundarios, del tiempo de los perdedores y las víctimas, de los que no impusieron su relato en la construcción del mapa.
La cartografía es el fundamento estético para una acción política. Hacer cartografía del espacio de la ciudad es el fundamento político para tener una visión que permita reconocer e incluso intensificar los conflictos, Rediseñando un territorio, visibilizando sus conflictos, sus fisuras, escenificándolos y concediéndoles un protagonismo que les permita incorporarse al debate social.
Del mismo modo que Eugenio Dittborn enviaba sus pinturas aeropostales por todo el mundo, estos mapas están siendo enviados por correo postal a los grupos motores de toda la red de ciudades adscritas a la iniciativa Jane's Walk. Mandar cartas también es un modo de trazar mapas. Es también la manera de establecer un vínculo físico entre nosotros, de plantear un primer acercamiento que posibilite un intercambio de ideas y preocupaciones sociales, políticas y económicas entre realidades muy distintas. A la pregunta de qué sentido tiene conectar actividades locales a nivel transnacional, hemos entendido que existen no una sino multitud de culturas urbanas y sólo resaltando las especificidades de cada una es posible caracterizar sus especificidades locales concretas y así encontrar similitudes y afinidades, recursos que realmente se podrían exportar de un contexto a otro.