El ISAD [Instituto Superior de Arquitectura de Chihuahua] organiza cada verano el taller del desierto. Este año nos propuso a PKMN dirigir junto al dúo de diseñadores tapatíos Memela, los arquitectos locales Juan Castillo y Miguel Heredia y el diseñador Miguel García una nueva edición del taller, destinada a construir una pequeña infraestructura en el parque Urueta, situado en el centro de Chihuahua.
El proyecto nace de una serie de alianzas entre la universidad y diversos agentes activos en la ciudad, la asociación civil Impulsando Capacidades, que lleva varios años realizando una labor social en la colonia Obrera en la que se sitúa el parque y la asociación A+bien, que se encarga de gestionar el patrocinio de pequeños materiales, la cesión temporal de 40 módulos de andamio, varias decenas de palets, retales de malla sombra y unos galones de pintura.
El taller comienza con el diseño de una dinámica participativa con los vecinos del parque, no con el objetivo de recolección de deseos individuales del presente sino como punto de partida para la construcción de un imaginario colectivo de futuro. El parque se divide en una zona deportiva, una pequeña arboleda y una calle central como nexo de unión entre ambas. En la sesión se esbozan futuro equipamientos, zonas de sombra para la espera de los padres a la salida de la escuela primaria cercana, gradas y marcadores para vincular las zonas estancial y la deportiva, arreglos variados de las bancas existentes pero sobre todo se especula en torno a la reactivación de la fuente, que supone el corazón del parque pero que lleva varios años sin funcionamiento.
Los alumnos trabajan en varias propuestas, intentando canalizar los deseos y expectativas de los vecinos en propuestas arquitectónicas. La idea de reactivación de la fuente gana fuerza y se convierte en la propuesta definitiva. Durante una semana se termina de diseñar el proyecto y durante otra se auto-construye, ayudados por algunos vecinos y espontáneos. El taller supone un espacio de comunicación entre universidad y municipio al conseguir que el ayuntamiento apoye el proyecto arreglando la bomba de la fuente y llenándola de agua con una pipa.
Urban SPA es una infraestructura temporal en torno al uso lúdico del agua. Se construye una base de madera, convirtiendo el zócalo de la fuente en un pequeño deck de baño, zonas de descanso como gradas y tumbonas, pequeñas áreas ajardinadas y una rampa que haga accesible el conjunto. Los andamios se utilizan como soporte de una pequeña cubierta construida con madera y con malla sombra, unas hamacas y unas plataformas de descanso y pequeños miradores. El vaso de la fuente se convierte así en una piscina improvisada y hace que todo el lugar goce de un pequeño microclima, potenciado por las sombras y el agua en movimiento con la fuente activada.
Urban SPA aprovecha la situación privilegiada de la fuente, la sombra de la mañana de un árbol gigante aledaño, el ir y venir entre las zonas de parque y de canchas, así como potencia las actividades que se realizan en torno suyo, su perímetro de gradas se orientan hacia las clases de zumba y yoga de las tardes y el trajín de compradores del kiosko o los puestos de elotes y paletas.
Urban SPA nace como una propuesta singular pero está siendo re-considerada como una alternativa de reactivación de las fuentes en desuso en la ciudad de Chihuahua. Quizá también de otras muchas ciudades.