Durante el Forum gastronómico de Girona, Carns Vila tiene tres días para convencer a antiguos y nuevos clientes que no hay carnes ni servicio como los suyos. De cuidar a terneras a regentar un pequeño bistró efímero.
El espacio expositivo se materializa con dos operaciones:
1.Una topografía que desdobla el suelo para crear dos niveles, y sube generando paredes que abrazan el espacio. El nivel de acceso, tiene una escala de espacio publico, mientras el nivel superior, destinado a los clientes más cercanos sugiere una zona de confort, más doméstica, donde reunirse y degustar los productos. De la barandilla cuelgan 16 pestañas particulares donde se exponen vinos regionales. Se genera desde este altillo un punto de observación sobre el resto de espacios expositivos del Forum.
2.Un liviano techo reminiscente de arquitecturas vernáculas por todos conocidas. Unos simples arcos metálicos sirven de soporte para que estos articulados tejidos de madera se adapten a la forma de bóveda. La ondulante superficie refleja la luz cálida confiriendo al espació una calidad de interior.
La carne roja se expone en una gran vitrina, los jamones y longanizas cuelgan del muro y el jamonero corta cuidadosamente desde su podio en el altillo. Los comensales recogidos bajo las bóvedas apersianadas degustan entrecots y costillas. Los vinos llenan las copas, las conversaciones fluyen. Asociaciones territoriales y maridajes gastronómicos, los bon vivants encontrarán el buen servicio en el bistró de Carns Vila.