“Usted todavía no lo sabe, pero ya está dentro” Este enigmático enunciado resume cómo los visitantes son captados por el Ateneo antes incluso de haberse dado cuenta por sí solos.
Si investigamos un poco acerca de su historia, nos es imposible eludir que el Ateneo científico, literario y artístico de Madrid es un lugar que, desde su fundación en 1835, ha protagonizado de manera muy activa la vida cultural española en sus períodos de mayor ebullición. Por él han pasado figuras como Albert Einstein, Bernhardt, Curie, Cartier-Bresson o Marconi. Sus presidentes, además, han sido personajes muy influyentes del mundo de la cultura y la política españolas, tanto que muchos de ellos han sido a su vez presidentes del Gobierno (como es el caso de Manuel Azaña por citar un ejemplo).
Al margen de su frenética actividad cultural (se le llegó a llamar “La Holanda de España” por su aperturismo), el Ateneo es un lugar que siempre ha estado envuelto en cierto halo de misterio. Desde sus inicios, se relacionó esta institución con la masonería, lo que la llevó a ser duramente perseguida tras la guerra civil. De hecho, parte de la decoración original del lugar fue, si no directamente arrancada, al menos sí camuflada. ¡Claro que habría sido imposible borrarla en su totalidad pues para ello habría sido necesario derribar el edificio! Citando un artículo de Alfonso Herrán: “Doce vástagos sostenían el techo, que representaba el cielo; siete peldaños llevaban al salón considerado templo; cada sala se subdividía en otras tres y hay tres plantas”. En lo que concierne a la decoración, muchos figuras remiten a también a la masonería: las estrellas de cinco puntas omnipresentes en escaleras, sillas, barandillas; las mazas, la lámpara de la sabiduría, por sólo citar unos pocos. En la actualidad, se está llevando a cabo una labor de recuperación de esta decoración original usurpada.
En lo que concierne a nuestra propuesta, buscamos una reactualización de la historia del Ateneo en lo que se refiere a su enigmática vinculación con la masonería, pero de una manera jovial, a través de los Shandy, sociedad secretísima a la vez que imaginaria desarrollada por Enrique Vila-Matas en su “Historia abreviada de la literatura portátil”.
Creemos que la corriente Shandy ofrece unas premisas espaciales y estéticas que podrían enriquecer la imagen del Ateneo, y, por otra parte, partimos de la convicción que el Ateneo, de haber existido los Shandy, habría sido su sede en España. De hecho, es bien conocida la relación entre Ramón Gómez de la Serna (durante un tiempo secretario del Ateneo), con Valéry Larbaud, poeta francés, Shandy por excelencia... y también es sabido que su primer encuentro público fue en un café situado a pocos metros de la institución, en 1918.
La propuesta se desarrolla en torno a tres ejes o consideraciones principales: las condiciones espaciales, cuyo objetivo es estudiar el espacio actual del vestíbulo del Ateneo y ofrecer una relectura del mismo; las consideraciones de legibilidad, relativas a la comunicatividad del espacio y a su fácil comprensión por parte del recién llegado y por último las consideraciones Shandy que ya hemos empezado a esbozar.
1. Consideraciones espaciales
- Distinción funcional del espacio, diferenciando el acceso a la zona de recepción del acceso a las zonas de servicio (escaleras laterales), sin por ello crear una barrera entre estos dos subespacios
- Focalización hacia el espacio recepción
- Permeabilidad interior/exterior perceptible tanto desde el vestíbulo como desde la calle.
- Revalorización de un espacio actualmente "lúgubre" mediante iluminación abundante recuperando la idea del lucernario perdido durante las reformas, mediante la creación de un nuevo techo topográfico y lumínico.
- Recuperación de la tercera escalera que partía del nivel superior y que también fue suprimida durante las reformas.
2. Condiciones de legibilidad
- Puesta en funcionamiento de un sistema de identificación de las actividades que se están desarrollando en el interior del edificio de manera que éstas sean reconocidas antes de entrar al edificio.
- Identificación inmediata de las distintas estancias nada más llegar al vestíbulo;
- Creación de una señalética propia que permita al usuario recién entrada al vestíbulo distinguir las distintas zonas;
- Uso del número 3 en continuidad con el espíritu del ateneo, perdido en reformas anteriores;
- Relectura del lenguaje sezession del interior del Ateneo actualizándolo.
3. Consideraciones Shandy
- numerología secreta: el 3;
- creación de un código secreto que informe de las actividades en curso;
- nomadismo como reversibilidad;
- se recuperará parte de la simbología usurpada, como las estrellas, que aparecerán "rotas" o deformadas sobre las paredes aludiendo a su desaparición durante las reformas.
4. Otras consideraciones
- Se tratará de una propuesta por una parte reversible pero también válida a largo plazo mediante el uso de materiales y tecnologías de futuro;
- Se hará hincapié en la historia del Ateneo, intentando acercarla al presente.
Rasgos típicamente Shandys:
El espíritu innovador, la ausencia de grandes propósitos, el nomadismo infatigable, la tensa convivencia con la figura del doble, y el arte de la insolencia considerando ésta como la portadora de una orgullosa espontaneidad y rapidez de acción.
La cultura Shandy es además la exaltación de lo que aparece y desaparece. La estética Shandy se basa también en la miniaturización, entendiendo ésta como el arte de ocultar, puesto que los shandys se han sentido siempre atraídos por todo aquello que exigiera ser descifrado...
Pautas de intervención
1. Creación de topografía en el techo que recupera el volumen del espacio interior.
2. Reposición de la luz interior mediante manto lumínico.
3. Protección del pavimento actual con capa de vidrio transparente.
4. Recubrimiento zonas degradadas y señalética mediante moquetas con propiedades lumínicas.
5. Recuperación del lenguaje ornamental con subestructura metálica decorativa y base de la señalética de acceso a salas y ascensores.