El encargo consiste en la realización del proyecto de interiorismo para una tienda de comics en el Barrio de Nervión, Sevilla.
La configuración del local y el descubrimiento de algunos detalles tras la realización de algunas catas, nos llevó a una profunda investigación sobre la historia del edificio, con ayuda de fotografías históricas y sobretodo de los testimonios de los vecinos, cuyas familias habían habitado el barrio desde sus inicios.
Consideramos el proyecto una oportunidad para sacar a la luz la historia de este lugar, haciendo un ejercicio de memoria de forma con el fin de hacer el pasado del barrio de Nervión más legible. Por tal razón se opta por trabajar en dos fases: una primera en la que se desprende el interior del edificio de todo lo que no es original, recuperando y poniendo en valor la estructura original de cada una de las épocas: pilares de ladrillo, muros de carga de ladrillo, pilares metálicos, vigas metálicas, cercha metálica, forjado unidireccional de hormigón y forjado de ladrillo, y una segunda en la que acondicionamos el espacio como tienda siguiendo lógicas de almacenamiento procedentes del ámbito industrial.
Contexto
El proyecto se encuentra en el barrio de Nervión en Sevilla que, como se observa en las distintas fotografías de época y en la planimetría antigua, siempre ha tenido un fuerte carácter industrial.
Fue durante muchos años el área de abastecimiento de la ciudad, con multitud de parcelas agrícolas en las que se cultivaba sobre todo trigo. Ya en 1830 existía parte del edificio objeto de intervención, construido como nave de aperos y utilizado posteriormente como almacén de tractores.
A principios del siglo XX empieza a desarrollarse la actividad industrial en la zona y comienzan a surgir fábricas como la de cerveza ‘Cruz del campo’. Más tarde el edificio cambia de uso para convertirse en una fábrica de pinturas, estando aún exento. En los años 50 se apuesta por la creación de viviendas en este área, construyéndose edificios a ambos lados del mismo y una planta más sobre parte de la fábrica de pinturas.
Recuperación + Ocupación
La primera fase del proyecto consiste en la recuperación de los elementos originales del edificio: pilares de ladrillo, muros de carga de ladrillo, pilares metálicos, vigas metálicas, cercha metálica, forjado unidireccional de hormigón y forjado con bóvedas de ladrillo, con el objeto de hacer legible la historia y transformaciones del local, y a otra escala, del barrio.
Para ello se eliminó el falso techo bajo la cercha, permitiendo de nuevo el paso de luz natural, así como las sucesivas capas de cartón-yeso, morteros, pinturas, espejos, alicatados y aplacados. Los elementos sacados a la luz fueron tratados con tratamientos protectores y antipolvo incoloros.
En la segunda fase, consistente en la puesta en uso del local para su utilización como tienda, se introdujo el mobiliario, a modo de las bandejas móviles que existían en la industria de la zona, y los semicilindros expositores, evocando los de la fábrica de Cruzcampo, al otro lado de la calle, que fueron trasladados a las afueras años atrás.
Proceso natural
La nave agrícola había sufrido múltiples transformaciones durante su existencia, todas empeñadas en añadir nuevos elementos a los ya existentes, dando como resultado superposición de capas que fueron deformando el espacio, compartimentándolo y confinándolo.
El proyecto trata de recuperar el espacio industrial primigenio a través de un proceso que se realiza de forma natural, eliminando todo elemento accesorio superpuesto y dejando al descubierto la fábrica de ladrillo y la estructura metálica que dieron forma a la nave de comienzos del siglo pasado. Más tarde este espacio será ocupado con elementos móviles y mobiliario provisional.
La puerta de maquinaria agrícola.
Como parte de la recuperación de la fachada original de muros de ladrillo de la nave, se descubrió un hueco que funcionó en el pasado como acceso de tractores.
En la fachada se pueden observar diversas huellas de las intervenciones que ha sufrido a lo largo del tiempo, como dinteles metálicos y distintas soluciones en ladrillo.
Dichas fachada original, como sus cambios e imperfecciones, es recuperada en un ejercicio de memoria.
Exposición permanente
Una vez recuperada la nave se ocupa con una nueva actividad. Una tienda de comics que cuenta con una serie de productos permanentes y otros temporales, se trata de un espacio más cercano a lo museístico que a una tienda convencional.
Desplazando el imaginario tan cercano de la fábrica de Cruzcampo y la colocación de sus tanques, consideramos oportuno asociar la exposición del producto permanente a una serie de tanques de vidrio dispuestos en diversas posiciones a modo de vitrinas que interaccionan, a través de reflejos y transparencia, con la luz, el producto y el movimiento de la gente al recorrer el espacio.
Exposición temporal
El producto que se expone de forma más temporal, dado que se va cambiando arpoximadamente cada mes según novedades y temporadas, es expuesto siguiendo una lógica industrial de bandejas y superficies móviles.
Ni tan siquiera la exposición de libros, en estanterías, es fija. Se trata de muebles móviles que se pueden cerrar y transportar a diferentes posiciones dependiendo del capricho del dueño de la tienda, lo que hace que dependiendo del momento del año en que la visitemos se nos presentará con una configuración diferente.
Se pretende que toda la operación de ocupación del espacio recuperado con el nuevo uso sea fácilmente reversible, al desaparecer la tienda de comics quedará una nave agrícola abandonada.
La construcción desvelada
Los sistemas constructivos predominantes son siempre cerámicos, siendo posible leer las distintas épocas en el tipo de fábrica utilizada, tanto en el caso del ladrillo como del mortero usado (de cal o de cemento), el color y el estado de la misma. El catálogo de soluciones resultante es de gran interés, funcionando como ejemplo de los modos locales de construir en cada etapa y vinculados a cada actividad: la agrícola, la industrial y la residencial, mostrando las distintas transformaciones, no solo del edificio sino del propio barrio.
Eventos singulares como las inundaciones del año 1961 que castigaron esta zona especialmente, también son visibles en el local, a través del zócalo de mortero recuperado, cuya cota coincide con la que se observa en las fotos de la inundación, tomadas en la misma calle.
La aportación del proyecto en cuanto al material no está tanto lo que se añade, si no en lo que se recupera.