Vivir en una terraza. El proyecto se concibe según el principal deseo del cliente: una casa volcada hacia el exterior. La operación, sin embargo, no consistirá tanto en abrir las vistas hacia la terraza como en dotar el interior de atributos propios del exterior, resonancias del paisaje de las azoteas de la ciudad, a menudo invadido por la ropa colgada al sol.
La orientación este-oeste del apartamento sugiere no recurrir a una distribución ortodoxa con zonas de noche y día asociadas a cada una de las dos fachadas. En su lugar, el programa se articula a través de dos habitaciones ‘segregables’ situadas en lados opuestos de la casa y, más allá de la idea de ‘sala de estar’, una cadena de espacios comunes de similar magnitud que se extiende desde la fachada de la calle hasta el patio interior. En contra de la unicidad espacial del loft, la casa se ‘divide’ por su eje longitudinal en una zona de vocación pública, en contacto con la entrada, y otra de inclinación más privada, junto al patio de luces, donde se acumulan los espacios técnicos de la casa y los dedicados al almacenaje.
El proyecto se ordena, en este sentido, a partir de dos elementos principales: una suave topografía, cuyos distintos niveles solucionan la relación de la casa con la terraza a una diferencia de cota de 40cm, y un ‘tinglado’ de planos ligeros practicables que atraviesa la vivienda de extremo a extremo, desde la fachada de la calle hasta el patio interior. La materialidad del proyecto es sencilla, definiendo los dos principales elementos que lo componen. Madera para lo tectónico –como definición de los elementos móviles– y rasilla cerámica, habitual en la mayoría de las azoteas de la ciudad, para lo estereotómico –como definición de lo estático.
El programa no está fijado, sino en su mayoría tan solo sugerido. La topografía ‘da lugar’ a las diferentes escenas de la domesticidad. El proyecto se revela como el desarrollo de una serie actividades más o menos estables, periódicas o fugaces en un territorio de oportunidades. En contraposición, el filtro de planos correderos funciona como un dispositivo dinámico que introduce complejidad en la planta, permitiendo la construcción de diversas formas de disposición espacial. La casa se organiza, desde un punto de vista teatral, a través de una dialéctica de diferentes grados de relación transversal entre las posibles escenas domésticas, sujetas a distintos grados de privacidad o mutua exclusión.