En un contexto en el que muchos locales persiguen un revival de tiempos pasados, el proyecto de CASAPLATA ha sido una apuesta por el futuro, por una imagen singular y propia, alejada de la nostalgia.
Como si de un bodegón de Morandi se tratara, buscamos una visión poetizada de los objetos cotidianos.
Cemento, metal y madera, pero reelaborando los códigos habituales del espacio industrial. Una combinación de elementos crudos pero a la vez delicados, en un equilibrio de contrarios: piezas de mobiliario coloreadas de metal perforado y terciopelo se posan sobre el suelo de cemento sin tratar; texturas lisas y mates en las paredes y suelos contrastan con un techo estriado de reflejos plateados.
Es un planteamiento a medio camino entre la pintura de Morandi y un fotograma de Blade Runner.
Sobre un fondo neutro, de gris plata, destacan las piezas de mobiliario; fabricadas en chapa perforada coloreada, rotundas y sutiles al mismo tiempo.
Así al difuminar el entorno en una atmósfera vaporosa, se concentra la atención en lo que está al alcance de la mano: vasos, platos, botellas… reforzando así la experiencia gastronómica.
Se ha diseñado con especial atención la iluminación. A través del juego de colores y reflejos transforma el espacio a lo largo del día. Es, con la ayuda de la música, la protagonista de la puesta en escena.
Desde la tradición mirando al futuro.