Cuando Andrea Vesalius publicó en 1543 De humani corporis fabrica, logró uno de los más bellos libros científicos de todos los tiempos. Cuestiones puramente médicas a un lado, el libro es el testigo de una relación armoniosa entre el saber, el hacer del médico y las artes, manifestando en sus páginas un riguroso registro gráfico y anatómico del ser humano, pero también del instrumental y el mobiliarioque permiten la práctica. 

La presencia del mueble y el artefacto ha estado siempre unida a la labor médica, ya fuere en las alacenas farmacéuticas, los maletines que hacían las veces de “consultas portátiles”, los instrumentos de disección, la mesa de operaciones… Escenarios en los que el paciente se siente más o menos extraño e incómodo y que no favorecen en determinadas terapéuticas. El proyecto para el Servicio de Radioterapia Oncología del Hospital Virgen de las Nieves propone la reordenación de un área desestructurada y carente de lógica espacial mediante la experiencia de un viajea un lugar tranquilo e iluminado, a través de la colocación de 7 mueblescapaces de albergar todo el programa necesario.

Uno de los principales problemas es la falta de luz; el proyecto trata de solucionar esta carencia mediante el aprovechamiento del único punto de luz natural existente, un patio de instalaciones olvidado en el interior del área de oncología. Podría decirse que la experiencia de viaje nace en este lugar: el patio pasa a convertirse en una máquina de luz por medio de la colocación de un mueble (oculus) que además oculta las instalaciones dejándolas ventilar, creando en su base una suerte de pequeño jardín de lavandas que gobierna los flujos y cualifica el espacio. La lavanda toma posesión del plano horizontal y se traduce en un nuevo pavimento de vinilo de color, que se usa en continuidad con los tonos que empleados en el servicio de oncología, estableciendo una relación espacial y cromática entre estado actual y propuesto. Lo mismo ocurre con el falso techo, sustituido por un nuevo plano de materialidad traslúcida que desprende luz y se puede leer como un cielo que se coloca sobre el prado de lavandas, vertiéndose al interior desde el patio. Además la modulación que establece por paneles permite cambiar algunas piezas por pantallas LED que muestren imágenes relajantes para los pacientes, por ejemplo, en las salas de radiación o en el T.A.C.  

Una vez fabricado este viaje a un lugar tranquilo y agradable, comienzan a descubrirse el resto de muebles-dispositivo que pueblan el servicio de radioterapia, alojando en sus interiores de madera despachos y zonas de personal (matrix), el T.A.C. y otros aparatos médicos (nervus), controles para las dos salas de radiación (cordis y cerebrum), cambiadores para los pacientes (cerebrum y pulmo), zonas de descanso y contemplación (oculus y cordis) e incluso veladuras que permiten ocultar pasos y delimitar recintos mediante el uso de una piel textil (dermis).

El proyecto juega con la evocación del color y las imágenes en movimiento junto con la presencia vital de un patio rebosante de luz y olor a lavanda; la textura de la madera que construye el mobiliairo, así como la ensoñación de espacios velados por cortinajes traslúcidos. La intervención podría contarse como la colocación de 7 muebles, pero también como el proyecto de una experiencia holística y estética en la que intervienen 7 personajes, un regalo para los pacientes y empleados del Servicio de Oncología.