Frente a la vivienda tradicional, el modelo residencial contemporáneo reclama unas estrategias que permitan cubrir las cambiantes necesidades del habitante, en un sentido espacial, social y de sinergias diversas. El proyecto Reyes actúa sobre un edificio existente y ofrece unos servicios de uso comunitario que dan soporte físico y relacional, para ofrecer una alternativa sostenible que reponde a las cambiantes interacciones sociales, las dificultades económicas y la crisis ecológica.
Un proyecto de urgencia
Reyes consiste en la rehabilitación de un edificio de finales del siglo XIX, característico del centro de Madrid, y que ahora requiere adaptarse a las condiciones de uso actual, radicalmente diferentes a las de décadas atrás. Para ello, el programa de vivienda privada se complementa con unas zonas de uso comunitario. Mientras los apartamentos conservan el espíritu de la casa típica del centro histórico, las partes de uso colectivo reinterpretan las posibilidades funcionales con una zona de reunión, un jardín comunitario y unas circulaciones que incitan la interacción de usuarios dentro del bloque. La zona de reunión, el espacio compartido principal, se diseña como una gran estancia con una flexibilidad de uso máxima y una configuración espacial abierta. Esta zona se adapta según el número de usuarios, la actividad y la hora del día, dando cabida a cenas, proyecciones de cine, clases de yoga, sesiones de estudio o reuniones de trabajo.
Un proyecto de recuperación
El objetivo de la intervención es devolver al inmueble su espíritu original y a la vez adaptarlo al estilo de vida actual. Para ello se han empleado productos que enfatizan el valor de la materialidad inicial a la vez que conviven con estructuras y tecnologías contemporáneas. Los revestimientos empleados son mayoritariamente cerámicos y permiten resaltan los elementos preexistentes de carácter natural, como los muros de ladrillo o la estructura de madera. De manera específica, al igual que los mosaicos romanos enriquecían los suelos de sus viviendas, en la zona de reunión se utiliza este recurso para potenciar la flexibilidad funcional. Dicha zona consiste en un gran espacio abierto pavimentado mediante un despiece que divide perceptivamente el espacio en seis áreas. La estancia se adapta a eventos puntuales de gran escala, a la vez que permite usos más reducidos e íntimos, propios del espacio doméstico cotidiano.