Fin de temporada pretende sacar a la luz estos espacios olvidados; unas inversiones que han sido abandonadas a su suerte, tanto económica como medioambientalmente. Las ruinas de un futuro al que hemos llegado antes de lo imaginado y que previsiblemente se agravará en 2040, año en el que España alcanzará una situación de extrema pobreza acuífera según uno de los últimos informes de la ONU. Un panorama desolador para un país con más de 100 parques acuáticos todavía en activo y paradójico para un mundo sumido en una crisis climática desde hace décadas.
Los parques acuáticos tan solo son la punta del iceberg de una sociedad que abandona fábricas, conventos, hoteles, prisiones, cines e, incluso, núcleos de población enteros. Arquitectura olvidada como consecuencia del cambio espacial y social; una transformación tan veloz y constante que no permite que nos paremos a reflexionar qué hacer con estos lugares, alimentando el ciclo de construir, usar y abandonar.
Retratar esta realidad nos permite dar una nueva lectura a estos parques y reinterpretar modelos de ocio obsoletos para evitar una huida hacia delante que, como la alegoría del Ángel de la historia de Walter Benjamin, deja, en nombre del progreso, ruinas a su paso. La investigación y documentación del proyecto permite cuestionar la evolución de este modelo de ocio y reflexionar acerca de sus posibilidades y necesidades de transformación.
Las dos grandes crisis económicas (2008 y 2020), en las que todavía estamos inmersos, han dejado a su paso algunas de estas ruinas. Estas crisis han afectado a una generación, la nuestra, que ha asimilado como propia la inestabilidad constante. Niñas y niños que crecimos soñando con promesas de veranos entre piscinas, toboganes y colchonetas, pero que ya hemos dejado atrás. Una generación que, hasta hace poco, no era consciente del impacto directo del cambio climático. Encontrando esa toma de conciencia ecológica como un punto de inflexión para encontrar un equilibrio dinámico entre las cosas en constante cambio y las que debemos cambiar.
Fin de temporada acompaña a un personaje que recorre estos parques abandonados y que nos permite entender la escala de estas ruinas en el territorio. A través de su voz en off se aportan reflexiones y datos derivados de la propia investigación, así como del contenido obtenido de entrevistas realizadas a personas vinculadas al turismo, la ecología, la gestión y la arquitectura de parques acuáticos.
Este proyecto fue impulsado por Aida Navarro y Leonor Martín en 2020, tras un mapeo exhaustivo de espacios de ocio abandonados con el que se identificaron casi 40 parques acuáticos en desuso en los territorios español y portugués. En 2019 el proyecto fue seleccionado en las ayudas a la Creación INJUVE 2019/20, gracias a las cuales se pudo financiar un primer acercamiento al proyecto, filmando en 16 parques acuáticos abandonados entre España y Portugal. Actualmente la pieza se encuentra en proceso de edición y posproducción.