El local está situado en una esquina achaflanada de la céntrica plaza de La Trinidad de Granada. Para aprovechar esta posición privilegiada, se desplaza la anterior entrada por la esquina, para ofrecer un gran escaparate en chaflán que prolonga la tienda sobre la plaza. La fachada se limpia de elementos añadidos, dándole protagonismo al vaciado del edificio en su contacto con el terreno.  

En su interior, el proyecto hace convivir en un mismo espacio tienda y taller, poniendo en relación el producto, con su proceso de diseño y fabricación. Para ello, una retícula metálica descolgada del techo conduce las instalaciones y sirve de soporte y expositor para la ropa. Esta estructura, formada por un sistema prefabricado de tubos metálicos blancos y tubos LED de 2,5 cm de diámetro, forma una malla espacial isótropa, en la que no se diferencian los elementos de soporte de los de iluminación. Una vez encendida, la iluminación acompaña al uso del momento: tienda, escaparate nocturno, desfile, exposición, prueba de novia, etc.

Estos usos son organizados por varios espejos pivotantes, anclados a la estructura del techo. Los espejos gestionan el límite entre la zona de fabricación y de exposición. La posición de los probadores permite distintas configuraciones funcionales dentro de un juego de espejos que da profundidad al local y desdibuja sus límites.