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La vivienda es entendida como un gran volumen neutro, blanco y abstracto al exterior, mientras que sus espacios interiores se organizan a modo de entreplantas en torno a un núcleo central de madera –woodcase–, el cual concetra el programa servidor en favor de espacios servidos libre y abiertos concatenados en planta y sección por un recorrido en espiral en torno al citado núcleo.
ESCENARIOS DOMÉSTICOS
La casa se concibe como un gran volumen que cobija una serie de plataformas, las cuales se disponen a modo de entreplantas respondiendo al desnivel del terreno. Estas quedan concatenadas en planta y sección por un recorrido en espiral en torno a un núcleo central de madera —woodcase—, el cual se entiende como una gran caja habitable que concentra el programa servidor en favor de espacios servidos libres y abiertos—escenarios domésticos—.
Dicha organización, prácticamente carente de pasillos, permite utilizar de forma flexible las distintas entreplantas. Estas se cualifican acorde al gradiente de privacidad que establece el propio esquema, favoreciendo las múltiples formas del habitar contemporáneo: descanso, ocio, trabajo… Los niveles intermedios, de carácter más público y vinculados espacialmente entre sí, se prolongan hacia los espacios de jardín. A medida que se avanza hacia los puntos más alejados del acceso, los espacios se van haciendo más reservados, permitiendo acoger las áreas privadas del conjunto.
CONTEXTO Y MATERIALIDAD
Al exterior, la casa busca integrarse de forma sutil en un entorno urbano dominado por viviendas unifamiliares de materiales, colores y formas diversas. Frente a ese contexto heterogéneo, se apuesta por la abstracción, materializando la casa como un gran volumen blanco perforado por generosos huecos. A su vez, hacia el espacio urbano, esta aparece como lienzo de fondo tras la vegetación de hoja caduca que rodea la parcela.
A nivel material, se opta por acabados neutros y sencillos. La pieza central en torno a la cual se articula todo la vivienda, construida en madera y acabada con tableros contrachapados de madera de roble, cobra un papel protagonista en todas las estancias, dotando de calidez a la atmósfera interior de la casa.
CONFORT Y EFICIENCIA ENERGÉTICA
A nivel energético se apuesta por la masividad del conjunto como estrategia de confort. Se plantea una envolvente de gruesos muros de termoarcilla y forjados macizos de hormigón que aseguran una elevada inercia térmica, entendiendo la vivienda en sí misma como un gran acumulador térmico. Los generosos huecos permiten captar el sol en invierno minimizando la demanda de calefacción. En verano, las venecianas exteriores permiten protegerse de él, reduciendo la demanda de refrigeración.
La vegetación caduca y el entorno ajardinado a sur, junto con la lámina de agua al oeste, generan un pequeño microclima en torno a la vivienda del cual gozan todos los interiores gracias a la ventilación natural de la casa. Para los picos de demanda, se cuenta con un suelo radiante-refrescante con producción de aerotermia como fuente de energía renovable, combinado con un recuperador de calor entálpico. Un sistema de paneles solares fotovoltaicos capaces de producir 4.5 kW de energía completa el conjunto.