UNAS CONDICIONES DE PARTIDA DESFAVORABLES

Poco después de los meses más duros de la pandemia, se recibe el encargo por parte de dos propiedades desconocidas hasta entonces de transformar sendos pisos de un viejo edificio protegido del barrio de Tribunal en Madrid. Se requiere acondicionarlos a un habitar más funcional y flexible, al tiempo que se mejoren las condiciones de confort, iluminación y salubridad de estos.

Los pisos, debido a sus características primitivas, planteaban un reto a la hora de responder a las demandas solicitadas. Prácticamente simétricos y articulados en torno a distintos patios, se caracterizan por una gran profundidad y una crujía muy reducida, así como por una distribución poco funcional con un núcleo húmedo en un extremo de la casa y varias habitaciones sin luz natural. Si bien cada propietario demandaba unas necesidades particulares, la singular morfología de las viviendas invitaba a una solución de proyecto capaz de dar respuesta a ambas realidades.

DE LA NECESIDAD, VIRTUD

La intervención propuesta hace de la necesidad virtud, entendiendo como oportunidades de proyecto unas características intrínsecas de los pisos que a priori podrían considerarse como desfavorables –su estrecha crujía y su extrema profundidad––.

En primer lugar, se derriba la tabiquería interior existente. Persiguiendo vincular los espacios habitables a los patios existentes, se apuesta por la concentración de los espacios servidores, reubicando los espacios húmedos en las zonas más umbrías de cada apartamento al mismo tiempo que se instala en ellos una pieza longitudinal de cerca de 20 metros que aglutina todo el almacenaje de la vivienda.

Este elemento, entendido como una espina dorsal capaz de reconfigurar los espacios interiores de cada piso, se materializa como un gran armario continuo de madera –woodcase–, al mismo tiempo que se convierte en un diafragma de transición entre los ambientes más públicos de la casa y los espacios más íntimos. Se resuelven así buena parte de los problemas planteados a través de un solo gesto preciso y rotundo supeditado a las cualidades primitivas de cada piso.

CONFORT Y DOMESTICIDAD

A nivel material se apuesta por acabados claros en suelos, paredes y techos, buscando generar una atmósfera blanca y neutra que contribuya a llevar luz a esos profundos interiores. La pieza central en torno a la cual se configura cada piso adquiere un rol protagonista, materializándose como un gran mueble de madera de roble que aporta calidez a los espacios vivideros.

Así mismo, se apuesta por mejorar el confort ambiental de cada hogar, potenciando la ventilación natural cruzada de todas las estancias a través de los distintos patios, así como se incorpora un sistema de suelo radiante – refrescante que, combinado con la gran inercia de los muros primitivos, contribuyen a la estabilidad térmica de los espacios interiores. Así mismo, se cuenta con una bomba de aerotermia como fuente de producción de energía renovable para todo el conjunto.