La Comunal es un espacio cultural cooperativo que nace de la alianza entre diferentes proyectos de la economía social y solidaria, para mancomunar capacidades y potencias, estrechar los lazos intercooperativos entre sí y multiplicar, así, el alcance y el impacto comunitario de las prácticas socioeconómicas transformadoras que llevan a cabo sus miembros. Es una apuesta por, más allá de compartir una sede, dar un salto de escala y generar un nuevo nodo y espacio de referencia cultural y cooperativo en la ciudad. Articulada como una cooperativa de servicios, y ubicada en el barrio de Sants de Barcelona, la conforman siete cooperativas de trabajo y una asociación: Aula de Idiomas, Directa, Jamgo, Irídia, Lacol, La Ciudad Invisible, La Deskomunal y Quesoni.
El edificio ocupa la mitad de la manzana comprendida entre las calles En Blanco, Tenor Masini y Riera d'Escuder del barrio de Sants de Barcelona. Es un edificio catalogado con la categoría C y urbanísticamente es una volumetría disconforme.
Las principales estrategias del proyecto han sido:
1 VACÍADO Y RECUPERACIÓN DE LA GEOMETRÍA ORIGINAL
La volumetría previa a la obra había desdibujado la forma original. Lo que hoy es patio, pasarelas y accesos era una planta baja totalmente construida y cerrada. La primera fase de la intervención ha sido recuperar la geometría inicial y devolver al barrio las naves que la han conformado.
2 MEDIANERA EQUIPADA
La pared medianera de las viviendas vecinas se convierte en fachada al edificar con la obra nueva los espacios comunitarios que equipan el complejo.
3 REHABILITACIÓN DE LOS ESPACIOS
Las naves, excepto el restaurante y sala de conciertos, reciben un tratamiento de mínimos donde la prioridad es consolidar el conjunto estructuralmente y flexibilizar las posibles formas de ocuparlas con unas instalaciones modulares y adaptables. Exteriormente ha sido importante estudiar la composición original de las fachadas para intervenir respetuosamente.
4 PATIO Y CIRCULACIONES
La obra nueva renuncia a una forma en planta más óptima para conseguir un patio y circulaciones que sigan la alineación original del complejo. El patio, que unido a la sala polivalente hacen un todo, se entiende como la platea o escenario de un teatro en el que las pasarelas, haciendo de balcones lo rodean.
La flexibilidad otorgada por la clara separación de los espacios servidos respecto a los servidores ha sido clave para poder albergar más usos. La creación de una tercera franja de espacios servidores que nace de la esquina norte del restaurante organiza el patio, el edificio nuevo y hace que las circulaciones de todo el complejo sigan el mismo ritmo.
Es necesario respetar la forma original de las naves de la misma forma que es necesario aplicar una mirada energética al patrimonio. El resultado de este debate han sido los invernaderos situados sobre los espacios intersticiales donde se ubican los accesos y espacios servidores. A pesar de desdibujar el contorno conseguimos enfatizar la secuencia de las tres naves separadas entre ellas mediante elementos captores y disipadores de temperatura. El vaciado del patio es el otro hecho que nos permite recuperar y reconocer cómo eran las naves antiguamente. Aparte de permitir la ventilación y la iluminación de todos los espacios que le rodean, es un elemento de centralidad donde encontrarnos y donde todo lo que está más allá del trabajo pueda suceder.
Las fachadas principales nos recuerdan que la vía principal, todavía en los años 20, era la calle Blanco. Hoy, el transporte motorizado ha hecho desaparecer al animal y las pendientes de las calles ya no son un problema, así que el acceso principal es por la calle de Sants. Sin embargo, la trama urbana ha cambiado adaptándose a este cambio y las naves, fuera de alineación, provocan ensanches de la calle marcando los accesos al complejo. Las fachadas originales eran de composición ecléctica. Nos encontramos con unas fachadas con dos estucados superpuestos del año 1926, el primero, y de los años 1940, el segundo. Asesorados por los especialistas en restauración hemos optado por recuperar el primer estilo, con una paleta de colores y formas más cercana al modernismo. Este proceso se llama empobrecimiento de las fachadas. En la cubierta, después de sacar las piezas de fibrocemento con amianto y con la intención de conseguir una cubierta ligera, hemos colocado chapa de acero galvanizado ondulada y así diferenciar aquellos materiales añadidos en proyecto de aquellos existentes. Por otro lado y con la voluntad de reutilizar aquellos materiales que se encuentran en buen estado, hemos podido reutilizar más de 1.200 metros lineales de las viguetas que soportaban el falso techo para crecer los 15cm de aislamiento sobre el entablado de cubierta.
Hemos dividido en diferentes ejes la estrategia climática, cada uno incide en cuestiones materiales y climáticas que afectan a las demandas y consumos energéticos:
· AIRE: Los invernaderos y la reducción de los metros los cuadrados climatizados han sido las líneas de acción que han vertebrado este eje. Con los invernaderos pretratamos el aire de renovación de las oficinas, precalentándolo en invierno y disipando el máximo calor en verano. Los espacios de circulaciones, office, lavabos y accesos no reciben tratamiento de confort térmico y en algunos casos ni siquiera existe protección a la lluvia. Construir menos y climatizar menos todos aquellos sitios considerados de paso ha sido el resultado de un debate sobre reducción en impactos.
· AGUA: Debajo del patio hay un depósito de 5.000 litros de agua recogida por las cubiertas de las naves. En una segunda fase, el edificio nuevo y el patio recibirán un proceso de verdificación con sistemas de riego conectados al depósito.
· MATERIALES: La intervención material de las naves se ha centrado en su consolidación y en su comportamiento energético y bioclimático. La posibilidad de aislar los paramentos, evitar los puentes térmicos y conseguir la mayor inercia térmica ha sido posible gracias a los morteros de cal y corcho que aseguran la compatibilidad y comportamiento con los materiales y técnicas requeridas en una intervención patrimonial. Se han podido reutilizar las viguetas como bordillos donde colocar el aislante de cubierta. Soleras y otros elementos en contacto con el terreno se han aislado con la merma de los aislamientos rígidos provenientes de la industria del panel sandwich.
· URBANISMO: Asesorados por el equipo de ambientólogos y con los refugios climáticos (verde, azul y gris) como referentes, el patio de La Comunal se convertirá en un espacio seguro en términos de urbanismo y clima. Buena iluminación, sombra húmeda cuando hace calor, seguridad, accesibilidad y atención humana son algunas de las características con las que se ha concebido el espacio.