El festival de música Sonda es un evento anual que conecta al público con los pequeños espacios patrimoniales exteriores del Bierzo a través de actuaciones musicales en diferentes espacios cada año. En 2021, el pueblo de Cacabelos fue el lugar seleccionado, sin embargo, debido a un pronóstico de lluvia, el lugar cambió de la orilla exterior del río al interior del cine Faba.
El cine Faba tiene, históricamente identidad propia, proporcionada por su escala, color, geometría y el paso del tiempo. Sin embargo, la tendencia decreciente de la actividad industrial y teatral en la zona, así como la pandemia ha provocado el abandono general y el desuso del edificio.
¿Cómo puede una escenografía temporal contribuir simultáneamente a la creación de una atmósfera que sirva de icono para representar el festival y al mismo tiempo revitalizar el imaginario de una ruina contemporánea?
Kodomo fue diseñado para responder a estas preguntas utilizando tres factores clave (1) geometría, (2) luz y (3) color. Históricamente, el triángulo se considera la forma más estable y a su vez, se trataba del icono utilizado para el festival. La repetición del triángulo y su inserción progresiva crea una presencia que atrae la atención del espectador hacia el centro del escenario a través de la ilusión de perspectiva. El uso de luces de neón rosads y azules también le permite a Kodomo cambiar de modo. Cuando todas las luces triangulares están encendidas, el escenario se estabiliza (al igual que las formas históricas de la arquitectura antigua Obelisco y Pirámides). Cuando las luces se alternan en secuencia, encogiéndose de afuera hacia adentro, el escenario se suspende y se transforma, atrayendo la atención del espectador mientras simultáneamente se desvanece dentro y fuera del fondo.
Así, la escenografía juega diferentes roles en diferentes momentos, asumiendo el papel de fondo, término medio y, a veces, primer plano; rindiendo homenaje al evento, al cine ya sí mismo.
"Kodomo" significa niño en japonés, y fue nombrado durante el evento cuando los niños del público, sin saberlo, se convirtieron en participantes de la escena, improvisaban bailes y rompían de manera constructiva las normas de la tradición del teatro y la "audiencia pasiva sentada". Un cambio de comportamiento espontáneo, no planificado y sincero que junto a la música, la iluminación y las circunstancias transformaron temporalmente el espíritu y la energía del lugar y el evento durante estos tiempos inéditos e inciertos.