El proyecto se articula en torno a una acción esencial: recuperar el espacio interior del edificio original, transformándolo en un “Paisaje Interior”, en un autentico espacio publico al servicio de los usuarios del futuro Refugio de Montaña y de la Escuela de Formación. Así, mediante la liberación de las plantas existentes, se consigue “domesticar el paisaje”, incorporando un nuevo esquema más fluido en planta, que no distingue tanto “espacios servidores” y “espacios servidos”, ni espacios de transito y espacios habitables, sino que dota de la misma calidad a ambos tipos, permitiendo que todas las esquinas, pasillos y recobecos se conviertan en lugares de encuentro. Construir un espacio singular que se encuentra entre lo paisajístico y lo domestico, entre un interior y un exterior. Este “Paisaje Interior” se dota de una cubierta renovada que incorpora luz e iluminación mediante su geometría a los espacios bajo cubierta.
Así, el proyecto para el nuevo Refugio de Raixa y la Escuela de Formación se plantea como una articulación de zonas funcionales (habitaciones, talleres, aseos, cocinas) en torno a un fragmentado espacio interior que gestiona e incorpora una serie de características paisajistas. El edifico aparece casi como un collage de fragmentos públicos del contexto rural, que se recortan y ensamblan dentro de la estructura de piedra del edifico existente: un jardín en el centro, un camino hacia las habitaciones, una terraza que funciona como mirador, un pasillo que casi es un sendero entre rocas…