Situado en el piso 23 de una torre de la zona financiera de Madrid, este pequeño piso explora la capacidad de concebir un espacio-horizonte desde la aplicación de una geometría estricta que organiza las estancias de una manera virtual y abstracta.
Hay veces que el cliente tiene la llave de un buen proyecto. Esta obra, diseñada a finales de 2020 y construida en los inicios de 2021, es un ejemplo de ello. El apartamento Triédrico parte de la referencia impuesta de un cuadro de Mondrian. Este germen, unido a otras referencias que se fueron poniendo sobre la mesa, construyen el mundo geométrico espacial que responde a las necesidades del cambio vital que nuestra futura inquilina necesitaba.
Desde el espacio monumentalmente doméstico de la Villa imperial de Katsura hasta llegar a los decorados surrealistas de la película 2001: Una odisea del espacio, el apartamento traduce, a través de una materialidad tersa e higiénica, un espacio expandido que se asoma a la ciudad a través de un gran ventanal.
La clienta, recién jubilada, buscaba una reafirmación vital a través de un apartamento que revertiera las antiguas concepciones habitacionales habituales. El apartamento es, en términos de superficie y usos, similar a su preexistencia, pero adquiere, con su carácter geométrico, la ilusión de vivir en un espacio expansivo y tridimensional a través del dibujo de sus planos arquitectónicos.
El apartamento Triédrico se relaciona con lo doméstico a través de la introducción de líneas que se materializan en paredes, suelos y techos, ayudando a delimitar los usos y a expandir el espacio hasta el infinito a través de los reflejos que introduce un gran espejo situado en uno de sus límites. La puerta, entendida como umbral de paso y límite entre lo público y lo privado, se confronta con su color al gran ventanal de 5 metros que mira al horizonte urbano y dinámico de Azca.
Lo lineal se vuelve volumétrico a través del gres y el metal que introducen un nuevo habitar libre a través de una compartimentación implícita en los nueve módulos que se disponen. La condición doméstica se adquiere a través de los diferentes acabados de las carpinterías de madera que esconde los espacios de almacenamiento, así como las necesidades técnicas y fisiológicas de un habitar del siglo XXI; concebido en plena pandemia del COVID 19.