"A Zapateira" es el nombre de la casa de mi abuela Generosa. Ella tenía un carácter duro, como la mayor parte de las mujeres de su época. Mujeres mantenían a su familia con el fruto de los campos que cultivaban. La vivienda está situada en un valle rodeado de bosques, parcelas de cultivo, socalcos y viñas. Aun hoy, el despertador habitual es el sonido de los tractores y los pájaros.
Resulta complejo proyectar la rehabilitación del lugar que alberga la infancia de mi familia, sentimientos encontrados, las ganas de convertir la antigua vivienda en un espacio de luz, y el remordimiento por descomponer las estancias en las que mi madre creció.
El punto de partida está claro, eliminar los volúmenes añadidos y galpones, para redescubrir la vivienda original. Picar el mortero de las juntas y lavar la piedra para observar las tonalidades y manchas del material, eliminar las diminutas estancias para abrir el espacio interior al exterior. Dignificar el volumen de la vivienda tradicional y mostrarlo tal y como es, con sus cicatrices e irregularidades.
La necesidad de ampliar el espacio supone otro punto de inflexión en el proceso de diseño, cómo diseñar un nuevo volumen que complemente al existente, pero no lo contrarreste, cuál es el material adecuado para dialogar con la piedra, cómo se resuelve correctamente el encuentro entre ambos materiales. Considero que no hay una respuesta correcta, o una sola respuesta adecuada para estas y otras cuestiones, pero se toma la decisión de generar una construcción de hormigón armado visto, unido al volumen de piedra por una "pasarela" de cristal que marque la diferencia entre materiales, espacios, historias...
Una vez planteados los materiales y formas, el proyecto articula ambos volúmenes a través de un forjado común de losas de hormigón y resuelve cada una de las estructuras con la lógica de los materiales. El módulo de piedra con una nueva estructura de vigas de madera y el de hormigón con muros y losas estructurales. Se apuesta por los materiales vistos, mostrando su cara más noble: piedra, hormigón, madera de castaño y pino, aluminio y acero. El módulo intermedio, resuelto con grandes paños de vidrio, pretende desaparecer y fundirse con el verde del paisaje.
La vivienda se acerca a criterios de consumo casi nulo, con el aprovechamiento energético gracias a la orientación de los huecos, grandes espesores de aislamiento de origen natural, ventilación cruzada, entre otras medidas, se obtienen bajísimas demandas térmicas, que se cubren con energía geotérmica apoyando su consumo mediante energía fotovoltaica.
El resultado es un conjunto edificado que se posa sobre el terreno, modulado a través de muros de hormigón y piedra, y trata de dialogar con la naturaleza que lo rodea. No sé que pensaría mi abuela de la nueva vida de su casa, espero que vea la sonrisa en la cara de su bisnieta y piense que ha merecido la pena.