El proyecto aborda esta situación al proporcionar un espacio inacabado que permite a los habitantes renovar su hogar con un presupuesto limitado y ahorrar costos de construcción. Este escenario desnudo plantea la posibilidad de permitir futuras intervenciones y alejarse de lógicas mercantilistas en las que los acabados y equipamientos suponen un gran porcentaje del beneficio del promotor.

La distribución original del apartamento se mantiene y se amplifica con la construcción de un muro técnicamente equipado que contiene la instalación de fontanería, electricidad y almacenamiento de la cocina y baño. Cubierto en aluminio, este muro establece un fondo de escena abstracto que refleja no solo la luz, sino también las actividades domésticas que ocurren alrededor de una gran y monolítica superficie de trabajo. La estructura de la vivienda, un sistema en forma de cuadrícula de vigas en I y pilares de acero, organiza el espacio y delimita la jerarquía entre las áreas públicas y privadas.

La materialidad es cruda y básica. El suelo continuo de resina epoxi reflectante contrasta con la presencia cavernosa e inacabada del techo de yeso proyectado. La superficie de trabajo de la cocina y el baño están revestidos con sencillas baldosas cerámicas: duraderas e impermeables. El ambiente, gris y monótono, resultado de la desnudez del espacio, se eleva con limitados detalles en mármol rojo.