Cal Totxo es una vivienda modernista ubicada en la falda del Parque Natural de Collserola que goza de unas fantásticas vistas y buena orientación solar en su fachada principal. El estado original del piso contaba con tres dormitorios, dos baños, una pequeña cocina aislada, una estancia interior sin ventilación ni iluminación natural y un par de pasillos muy estrechos y de interés menor.
El proyecto reordena la distribución de la vivienda planteando una retícula desigual por la que se puede ir circulando entre espacios evitando la presencia de pasillos. Cada una de las estancias tiene, como mínimo, dos posibles accesos. De esta manera, se multiplican los recorridos, así como las visuales, permitiendo iluminar estancias antes totalmente oscuras y ampliando la percepción del espacio. A petición de los clientes y a contracorriente de las tendencias habituales, se conservan únicamente dos de los tres dormitorios en pro a maximizar los espacios compartidos de la vivienda. En ella, habitará una familia de cuatro miembros. Se apuesta por rediseñar un único baño y el otro se convierte en un lavadero cediendo una buena parte a la cocina abierta.
Se accede a la vivienda directamente des del exterior a través del recibidor que te permite entrar a la biblioteca o bien al vestidor comunitario. Desde ambas estancias puedes continuar hacia el salón, donde encontramos la chimenea centrada en el espacio. Se amplían algunos pasos existentes y se abren otros de nuevos para generar los recorridos circulares alrededor del fuego. Finalmente, se extiende la cocina hacia el futuro comedor, segregado del salón.
El mobiliario, diseñado a medida, acabado en madera natural y combinado con el suelo de baldosa hidráulica original, aporta calidez y sofisticación al interiorismo de la vivienda. Las geometrías sinuosas se apropian de todos los elementos: cantos redondeados, espejo y ventana circulares, encimeras que giran. El tono rojizo del Sapelli contrasta y, a su vez, encaja con el resto de la paleta hasta el punto de teñirlo todo en el espacio monocolor del vestidor. Una estancia más oscura, iluminada naturalmente mediante el baño y el recibidor, para generar un ambiente de más recogimiento e intimidad.
Para renovar los pavimentos de cocina, baño y vestidor se juega con la gamma existente de las estancias contiguas y se apuesta por una combinación bicolor, generando un patrón aparentemente aleatorio modernizando el concepto de mosaico. Se apuesta por el formato 10x10cm, múltiple del hidráulico, dando lugar a las figuras geométricas triangulares cortando diagonalmente las piezas en dos. Se replica el mismo tamaño y la misma forma en los tiradores de las puertas. La estrategia bicolor se aplica también en el propio mobiliario, ubicando el cambio de material a distintas alturas en función del uso, se combina la madera con el mármol tipo Macael y los estantes de melamina blanca, mimetizados con las paredes.
La propuesta ha cambiado significativamente la espacialidad de la vivienda y ha cuidado cada uno de los detalles con mimo y atención.