El Eixample de Cerdà representa el plan urbanístico más importante de la industrialización de Barcelona, y después de muchos procesos de mutación, es el momento de demostrar su capacidad de resiliencia con la transformación de su principal componente: la calle. Un espacio que reclama el protagonismo de las personas, la naturaleza y la sostenibilidad, los tres ejes de actuación que vertebran el nuevo modelo urbano de los Ejes Verdes, dentro del marco Superilla Barcelona. La propuesta de B67 Palomeras Arquitectes y Cierto Estudio busca favorecer el uso peatonal igualitario y accesible, la apropiación de la calle como espacio de encuentro y actividad, el restablecimiento del ecosistema urbano a través de la ampliación y mejora de la vegetación y la implementación de sistemas más sostenibles de gestión de los recursos, impulsando un concepto urbano cíclico y en equilibrio. Este cambio de paradigma deberá encontrar en la calle un espacio de aprendizaje y toma de conciencia sobre los retos de sostenibilidad y medio ambiente de los que somos recíprocamente responsables y beneficiarios. Un espacio en armonía entre las personas y la naturaleza en el medio urbano.
Las personas, en el centro
Caminar por el centro de la calle, toda una declaración de intenciones. Este fue el lema de la propuesta ganadora del concurso. La zona que tradicionalmente ha monopolizado exclusivamente el tráfico rodado será apropiada también por los peatones. La calle “tipo” del Eixample, hoy en día, es una calle jerarquizada donde los vehículos priman. La sectorización que la velocidad de los automóviles provoca, impide el libre movimiento de las personas, que se ven obligadas al recorrido rectilíneo sin posibilidad de crear otro tipo de relaciones entre ambos lados de la calle. La propuesta convierte a los habitantes en el actor principal del espacio urbano y en el destinatario final. A partir de ahora, el transeúnte podrá disfrutar de la perspectiva central de la calle. Esta es una de las transformaciones más radicales de todos los cambios que se avecinan en los 4 primeros Ejes Verdes del Eixample de Barcelona.
Una mejora ambiental
La red de Ejes Verdes y las nuevas plazas se conciben como una infraestructura ambiental, que aportará nuevos servicios ecosistémicos que contribuirán a una mejora ambiental de todo el Eixample central. Además de la reducción de la contaminación atmosférica y acústica, la mejora de la permeabilidad y el incremento del verde urbano de forma intensa y sistemática, aumentan los servicios ambientales y sociales, e incluso pueden ayudar a contribuir a la reducción del efecto isla de calor, o a la reducción de aportación de aguas residuales en tormentas.
Semiplazas en cada tramo de calle
A lo largo del Eje Verde de Consell de Cent, se propone una secuencia de espacios de estada formada por las Plazas en los cruces entre los cuatro primeros Ejes Verdes y las semiplazas en medio de los tramos de calle. El objetivo es generar zonas de reposo, con mobiliario urbano y una materialidad destacada y diferente, la piedra natural, que destaca frente al panot del resto de calle. Al ir reproduciendo estos espacios de descanso y ocio a lo largo de todo el ámbito de actuación, se refuerza la concepción de eje. Este ritmo de espacios se mantiene constante para homogeneizar todos los tramos con la aparición de una Plaza en el cruce (cada dos cruces) y, como mínimo, una semiplaza de tramo a tramo recto de calle. De este modo, se minimizan las diferencias entre las distintas manzanas de Calle Consell de Cent. El acento diferenciado lo proporcionaran a las Plazas de Rocafort, Borrell, Enrique Granados y Girona, pero el objetivo es que no sean éstos los únicos espacios de estada en todo el eje horizontal, democratizando así su aparición en la trama del Eixample.
Se asocia estas plazoletas no solo a un cambio de materialidad en el pavimento sino también a una geometría concreta: el ángulo de 45˚que se obtiene de los chaflanes de la trama. El proyecto apuesta por las posibilidades que ofrece la disposición de zonas de plantación y de mobiliario con una nueva geometría. Aparecen nuevas perspectivas y relaciones entre elementos que van más allá de la simple colocación ortogonal. Se decide situar los elementos fijos de mobiliario urbano en estos espacios de estada. Los principales elementos serán bancos, mesas y sillas pero también se proponen otros como fuentes de agua.
La nueva iluminación, a cotas más bajas
Al igual que en la concepción de los Ejes Verdes, se coloca a las personas en el centro de la toma de decisiones respecto a la iluminación. Se pretende traspasar de una iluminación básicamente funcional y cuantitativa a una cualitativa, estableciendo un diálogo entre las capas de iluminación y vegetación. La renovación del sistema de iluminación público aporta, des de una dimensión más humana, una flexibilidad compositiva que facilita su cómoda adaptación a las numerosas situaciones espaciales originadas.
Los elementos de iluminación seleccionados son farolas con proyectores orientables, polivalentes y de diseño amable. Se trabajan distintas composiciones, principalmente de alturas reducidas para reducir la escala y aumentar la sensación de recogimiento y bienestar.
A mayor presencia de verde, más biodiversidad
La emergencia climática es cabalgante y la vegetación tiene la capacidad de reducir el efecto isla de calor con la generación de sombras y evapotranspiración además de mitigar el cambio climático con la reducción de carbono. Se apuesta por la renaturalización de la trama urbana, con una diversificación de especies para favorecer la estratificación de la vegetación en pro a la diversidad y a aportar variabilidad a lo largo del año, evidenciando los ciclos de la naturaleza con la complicidad del patrimonio vegetal que ya tiene la trama del Eixample. Esta clara mejora de la vegetación repercutirá en el paisaje urbano, actualmente mayoritariamente gris, convirtiéndolo en más atractivo y bello, y aportando salud a los ciudadanos. En definitiva, contribuir a la mejora ecológica, social y ambiental.
Se pretende asociar las zonas de estada a grandes áreas de plantación o parterres vegetales, para aportar el máximo confort ambiental y la máxima calidad posible al espacio urbano. De esta manera, plazas y plazoletas son los espacios de oportunidad dónde hacer estallar la presencia de la vegetación. Se convierten en los espacios de identidad de los ejes, con más densidad de verde y reconocibles gracias una selección de especies icónicas. Además, se prioriza plantar en el lado más soleado, siendo el lado norte en los ejes horizontales como la calle Consell de Cent y el lado este en los ejes verticales. Se refuerza también la plantación de los árboles al tresbolillo de los existentes de porte grande para conseguir mayor desarrollo de la copa. Esta conclusión, reforzada por un estudio de sombras del Eixample, otorga una sección asimétrica a los ejes. Se crea un paisaje vegetal que tenga especial atención en el cromatismo y en la floración, hoy en día muy monocromático y con solo dos o tres especies mayoritarias. De esta manera se aumenta la biodiversidad con una gran diversificación y con la estratificación de las especies.
Una infraestructura ambiental
Se ha realizado una intensa reflexión sobre la necesidad de revertir el tipo de calle actual, centrando una atención especial en el gran olvidado: el paisaje oculto, en definitiva, la base sobre la que se manifiesta la actividad y la naturaleza. Hoy en día nos encontramos un terreno muy compactado, inerte e impermeable. Los árboles tienen una cantidad y calidad de tierra vegetal del todo insuficiente. Para conseguir unos ejes realmente verdes, hace falta incrementar la superficie de tierra vegetal y sus calidades. Pero para hacer compatibles los usos que la calle requiere, y poder pavimentar encima, se necesita otro tipo de base que sea compatible con el desarrollo de la vegetación. Con el suelo estructural, un tipo de base compuesta por una grava con mezcla de tierra y una cierta proporción de aire intersticial, las raíces encuentran humedad, nutrientes y aire, todo lo que hoy en día les falta. Gracias a sus propiedades estructurales, constituye una base de pavimento de alta resistencia.
La nueva plantación de arbolado se hace seleccionando las especies en función del espacio disponible y de la funcionalidad esperada siempre buscando las mejores condiciones posibles, tanto de asoleo como de volumen de suelo disponible. Se quiere conseguir maximizar el volumen de suelo fértil disponible, compuesto por tierra vegetal y suelo estructural, trabajando su calidad a nivel físico, estructural y biológico.
Estrategias de sostenibilidad ambiental
Por último, la sostenibilidad ambiental debe tener una visión integrada en el conjunto de intervenciones, para reducir la huella ecológica y cerrar los ciclos materiales. Es decir, pasar del modelo de producción lineal (extracción - fabricación - residuo) a un nuevo modelo cíclico y renovable (reciclaje - producción - reciclaje). Una mirada global que abarque desde la obtención y fabricación de los materiales, pasando por la construcción de la obra y hasta su posterior mantenimiento y reutilización de residuos. La otra mirada se centra en cerrar el ciclo natural del agua, implementando una nueva red de freático para riego y limpieza de las calles y, por otro, se devuelve el agua de lluvia al acuífero por infiltración a través de sistemas de drenaje sostenible (SUDS).