(1) La Nogalera es un hito arquitectónico, histórico y social en la ciudad de Torremolinos, representando uno de los primeros complejos turísticos de relevancia construidos en España durante el boom de los años sesenta. Este período marcó la reapertura del país al mundo y el establecimiento del turismo como uno de sus principales motores económicos.
Desde una perspectiva arquitectónica, destaca la disposición de los diferentes usos en el terreno. El proyecto incorpora seis edificios de apartamentos sobre una extensa plataforma horizontal elevada que alberga jardines, áreas deportivas y espacios recreativos. La calle transcurre bajo el edificio, conectándose con el basamento a través de patios que sirven de iluminación a las galerías comerciales.
(2) El arquitecto a cargo del proyecto fue Antonio Lamela Martínez, reconocido por obras emblemáticas como las Viviendas de la calle O’Donnell (1956 y 1964), las Torres Colón (1967), el Edificio Pirámide (1972) y la Terminal 4 del Aeropuerto Madrid Barajas, en colaboración con Richard Rogers en 1997.
En la actualidad, el estudio continúa su labor, aunque sin la presencia de su fundador, quien, al asumir este encargo en 1961, tenía 35 años. En un curioso paralelismo, cuando llevé a cabo esta pequeña reforma, ambos compartíamos la misma edad. El análisis de la cantidad y calidad de las obras ejecutadas por Lamela hasta ese momento destaca como un primer motivo de admiración hacia su figura y su obra.
(3) El apartamento *05 había permanecido prácticamente inalterado desde su construcción hasta el momento de la reforma. Su distribución incluía un salón que se abría hacia una amplia terraza cubierta con vistas al mar, la ciudad y la montaña. Asimismo, contaba con un dormitorio principal con baño, una habitación secundaria con acceso al exterior, una pequeña área de servicio con lavadero, un aseo y una cocina de dimensiones reducidas, con vistas, que introducía un innovador concepto de vivienda destinada a las vacaciones, el ocio y el tiempo libre.
La buena orientación y el diseño de las terrazas protegían el interior de la radiación solar durante los meses cálidos, al tiempo que permitían la ganancia calórica necesaria para que la vivienda fuera confortable durante los meses más fríos. Además, la distribución favorecía una adecuada ventilación de los espacios. Este equilibrio climático convertía al apartamento en un lugar ideal para disfrutar de todas las estaciones, ofreciendo un ambiente acogedor y agradable en cualquier momento del año.
(4) La nueva inquilina supo apreciar las virtudes de su hogar, aunque comprendía la necesidad de realizar mejoras para adaptarlo a su estilo de vida. Gloria, es una mujer de mediana edad que vive sola, disfruta del orden, trabaja desde casa y recibe visitas de manera esporádica. No suele cocinar, le gusta observar aves y tiene una compañera muy especial: una cotorra argentina con problemas para volar que vive en semilibertad y requiere mantener un contacto cercano y visual con su humana.
(5) La intervención se planteó mediante tres acciones que resaltaran las potencialidades de la vivienda y, a su vez, incorporaran las necesidades de Gloria. En primer lugar, se eliminaron revestimientos de suelos y paredes para revelar la solería y las fábricas originales. La separación entre la pequeña cocina y el estar desapareció para comunicar ambos espacios. También se desmontaron un gran ventanal que cerraba parte de la terraza, obstaculizando las vistas al mar, así como la única ventana que había sido sustituida debido a la exposición al clima marino.
En segundo lugar, se añadieron pequeños tabiques de cierre en el aseo y en el dormitorio secundario, que ahora funcionaría como estudio y, eventualmente, como cuarto para visitas. El suelo interior y exterior, en mal estado de conservación, sirvió como base para un nuevo acabado.
En tercer lugar, se actualizaron los falsos techos, la climatización, las carpinterías interiores, los armarios, las puertas y las ventanas. Se recuperaron y pusieron en valor las carpinterías de madera originales, y se introdujo un mueble continuo que recorre toda la vivienda, proporcionando almacenamiento, separando estancias y dotando de uso a los espacios. Las paredes aumentaron su espesor para albergar servicios. Este mueble multifuncional sirve como cocina, banco de comedor, almacenamiento del salón, cama abatible, lavadero y alacena sobre el granito que cubre la chimenea.
La propuesta se materializó mediante un trazo continuo, un mueble habitable que complementa la preexistencia sin alterar su esencia, incorporando nuevos usos y posibilitando que los espacios sean modificables, intercambiables y adaptables a las necesidades actuales y futuras.