En una oda de 2011 a Zaha Hadid, la poeta Etel Adnan instó a los lectores "a descubrir, en esta mujer que construyó sobre roca sólida, una nostalgia permanente por el partir. Todo lo que creó parece siempre ser el día antes de una partida, una invitación permanente a la imaginación y a lo imaginario". Referenciando el "L'invitation au voyage" de Baudelaire, las palabras de Adnan sugieren que las obras de Hadid tienen "una poesía, una espiritualidad, tal que al abrigarnos, nos hace soñar, nos pone en marcha en un viaje". Esta exposición amplía la sugerencia de Adnan y propone que veamos la práctica de Hadid no como estática y concluyente, sino como un punto de partida lleno de potencial, reflexión y cuestionamiento.
Dibujos, pinturas, edificios, textos e ideas, una vez emancipados del autor, abren un abanico de preguntas, significados y conceptos que en constante evolución, continúan generando un ecosistema de conocimiento. "A Permanent Nostalgia for Departure" es una perspectiva sobre el legado arquitectónico que se abstiene de emplear un enfoque monolítico y utiliza activamente el proceso arquitectónico de Hadid como fuente de conocimiento que se activa, transfiere y evoluciona a través de las artistas que forman parte de esta exposición. El legado es un término cargado. Su definición a menudo se ve como lineal y estática, lo que implica que su preservación debería ser monolítica y compacta. Comprometerse con el legado en estos términos lleva consigo un halo de objetividad, aunque esto podría ser solo una ilusión dentro de un terreno altamente subjetivo. Esta exposición busca apropiarse y cargar de vuelta ese término, expandiendo la provocación evocadora de Adnan y promulgando el legado como un acto de preservación que se trata de dinamismo, movimiento constante y avance. Bajo esta premisa, el impacto de un artista en otro artista, o el encuentro de un artista con la obra de otro artista, incluso a través de lentes altamente subjetivas y parciales, es tan veraz e importante como el llamado concepto original. Esta narrativa tiene tanto potencial y derecho a desarrollarse como la que proviene del autor original. Este acto de preservación en pleno movimiento, lejos de las esterilizaciones históricas, recarga las posibilidades del legado de manera expansiva. De esta manera, cada uno de los artistas se ha involucrado con Zaha Hadid a través de respuestas específicas y personales, ya sea como inspiración, como cuestionamiento, como enigma o como desencadenante.
Para cada artista, Hadid ha impulsado un punto de partida diferente: utilizando la materialidad para desafiar los límites de una metodología; “reenacting” de manera no convencional la lógica espacial del CAC; descifrando su identidad resituando una lectura y especulación sobre ella lejos de marcos occidentales; descubriendo comprensiones provocativas de lo urbano a través de una lógica compositiva; utilizando técnicas y gestos representativos que engañan las lógicas de la percepción; o problematizando cómo posicionar a Hadid dentro del legado del pensamiento arquitectónico iraquí. En diálogo con las instalaciones comisionadas, hay una selección de pinturas de Hadid que traen su imaginario estético con todo su potencial.
Cada una de las siete obras recién encargadas es un ejercicio que parte de Hadid y se mueve hacia lo desconocido, reflejando la idea de distancia en el tiempo, la historia, la contextualización cultural y cómo un legado puede convertirse en un conducto para problematizar cada una de estas nociones. Sin responder a ella como una cita o metáfora, sino aprovechando la oportunidad de aprender de ella o cuestionarla, y sobretodo resituandola bajo un marco de lectura no occidental; las artistas abordaron preguntas subjetivas y personales que ponen en crisis lecturas y posibilidades normalizadas bajo el canon occidental. Este enfoque ha llevado a que algunas obras de arte ofrezcan una trazabilidad casi reconocible en su totalidad con la inspiración inicial, mientras que otras divergen por completo, ilustrando la red de conocimiento, inspiración y fascinación que influye en el proceso creativo. Ese punto de partida, que se involucra con Hadid, ha desempeñado un papel fundamental en dar forma a la esencia de estas nuevas obras de arte. Rastreable o no, el legado se ha movilizado hacia un viaje de expansión.
La lista de artistas participantes incluye a Rand Abdul Jabbar (n. Bagdad, 1990, actualmente trabaja en Abu Dhabi), Khyam Allami (n. Damasco, 1981, actualmente trabaja en Berlín), Emii Alrai (n. Blackpool, 1993, actualmente trabaja en Leeds), Hera Büyüktaşcıyan (n. Estambul, 1984), Andrea Canepa (n. Lima, 1980, actualmente trabaja en Berlín), Dima Srouji (n. Nazaret, 1990, actualmente trabaja en Londres) y Hamed Bukhamseen (n. Kuwait City, 1991) y Ali Ismail Karimi (n. Manama, 1989) de Civil Architecture Studio.