La colocación del suelo de eucaliptos es una acción participativa y de reciclaje de la comunidad con su entorno, un acontecimiento que unión a un grupo de personas durante un tiempo y que supuso una mejora en la cohesión social del pueblo.
PARTICIPACIÓN Y COHESIÓN SOCIAL. “Suelo para un museo”
La acción de construir un suelo reciclado de troncos de madera surgió de una manera fortuita y espontánea, como respuesta rápida a las necesidades de un espacio público de acceso a un nuevo museo del agua y a la preocupación del jardinero municipal que no sabía qué hacer con los árboles caídos en el parque natural tras un vendaval que azotó durante días la comarca.
Construir un suelo para el espacio exterior del museo ha supuesto realizar un proyecto sobre el proyecto. Para ello se han reciclado los troncos de eucalipto caídos implicando a las personas vinculadas a la construcción del museo, de manera que el nuevo pavimento pudiera convertirse en testimonio de lo sucedido. Al trabajo del jardinero municipal se añade el de otros habitantes del pueblo que aportaron información y conocimiento sobre la historia del lugar, y el de los componentes del estudio de arquitectura en el que se realizó el proyecto (del arquitecto Juan Domingo Santos), que se desplazaron a Lanjarón para llevar a cabo las tareas de selección del arbolado, corte, clasificación de los troncos y distribución en las distintas zonas de la plaza.
La colocación del suelo de eucaliptos “entre todos” es una acción participativa y de reciclaje de la comunidad con su entorno, un acontecimiento que unió a un grupo de personas durante un tiempo y que supuso una mejora en la cohesión social del pueblo.
El trabajo se completó con la plantación de 17 naranjos de sombra entre los troncos de madera de la plaza. Esta superficie de madera de la que emergen los naranjos, se inunda temporalmente con el agua de una acequia procedente de Sierra Nevada que cambia de aspecto según su caudal. En momentos de escaso caudal se convierte en un lugar accesible para el juego de niños bajo los árboles, mientras que con caudal abundante la plaza se inunda hasta convertirse en un espejo que refleja cuanto sucede alrededor. Cada uno de los naranjos está identificado con cada una de las personas que participaron en la construcción del suelo de troncos, 17 historias enterradas bajo sus raíces que crecen sobre los troncos de los árboles caídos.