Frente al espacio de la casa occidental, la actuación colmata la parcela mediante los mecanismos de la vivienda japonesa, en los que los espacios exteriores pasan a ser un contínuum con los interiores mediante las visiones sesgadas del exterior, las semitransparencias de las divisiones interiores y la incorporación del arbolado existente.

En la casa la evolución de la luz durante el día es utilizada para secuenciar el uso de los espacios disponibles. El patio a nivel de la biblioteca recibe la luz norte reflejándola al interior, mientras que la luz del sur queda atrapada en el mismo a modo de caja de resonancia. Este patio ofrece un frente a la casa que recorre hasta la posición de la cocina, que queda igualmente integrada como visión de la actividad del patio.

La casa queda sobreelevada del terreno, creando una topografía artificial que genera las posiciones de la vivienda en relación al exterior de la parcela que, sin embargo, sigue siendo el interior de la casa.