Constituido a modo de colectivo de profesionales conocidos, tempostales es una iniciativa de arquitectos y para arquitectos. Seleccionando proyectos significativos que podrían culminar un escalón en el desarrollo temporal de la ciudad, se publican tarjetas postales en acabado mate y reverso para escribir o dibujar, que los arquitectos pueden adquirir en escuelas y colegios profesionales.

Las postales de el Torremolinos de los años 60, las postales de Madrid del mundial del 82, el puerto de la Coruña, la Catedral de Burgos… la descripción típica y sucinta de la ciudad que realizan es la representación –ideal la mayoría de las veces- de un elemento significativo existente. ¿No existen acaso los proyectos? ¿Puede cambiar un proyecto la representación típica de una ciudad? Ya no hay postales de la ría de Bilbao. Ahora enviamos postales del Gugengheim. 

¿Y el resto de Gugenheim que no llegan a hacerse por diversas causas?

Tempostales nace de la intuición que buscamos cuando fotografiamos Paris, o recorremos Venecia por enésima vez, buscamos la evidencia. No buscamos la torre Eiffel, o San Marcos. Buscamos contrastar esa imagen con la imagen preconcebida que las novelas, los libros de historia o el cine nos ha dejado de ella.  El proyecto de arquitectura dentro de la ciudad también puede ser un reclamo, una interpretación con imágenes desarrolladas desde ella misma, que afecten de tal forma a esa misma ciudad -exterior a nosotros- que la llegue a deformar en nuestra conciencia, y busquemos la ilusión de lo posible más que el recuerdo de lo inexistente. Una ciudad se puede habitar antes de ser construida.