Hablar de la plaza es hablar del edificio del mercado (obra del arquitecto Josep Maria Sostres, 1980) y del barrio de la Salut de Badalona (con una historia y un tejido social muy dinámicos).
Dar identidad a este espacio, poner de manifiesto su relevancia urbana y dotarlo de funcionalidad.
La intervención se materializa a partir de tres conceptos:
Centralidad. El vacío de la plaza fue concebido originariamente como espacio residual, no había acceso al edificio. Posteriormente se abrió una puerta en el mercado hacia este lado, sin cambiar su carácter secundario. Actualmente ha adquirido una nueva centralidad, y la nueva intervención se ha diseñado para reforzar este rasgo. La propuesta reemplaza los elementos fijos por geometría y flujos de personas.
Simplicidad formal. Respondiendo a los nuevos flujos (acceso norte al mercado, centro cívico, cruce de los dos ejes viarios principales, y recientemente las salidas de metro de la L9) se ha optado por simplificar al máximo la forma de la plaza, reduciéndola a un plano único inclinado, definido por sus límites triangulares. Espacio isótropo en el que no se priorizan recorridos, libre movimiento de personas.
Riqueza compositiva. A partir de los límites del espacio triangular se define una composición abstracta e isótropa basada en la geometría., malla sobre el plano, reflejo de la complejidad del contexto, sobreponiendo una composición cromática que confiriendo carácter y singularidad al nuevo espacio.